Heroínas paraguayas

Unas pocas páginas son nada para recordar y homenajear a las paraguayas que hicieron historia durante los 200 años de vida independiente de nuestro país. Serían necesarios varios libros.

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Hoy las paraguayas somos escritoras, abogadas, pintoras, periodistas, médicas, enfermeras. También diseñadoras, arquitectas, políticas, militares y policías.

Las paraguayas somos constructoras, investigadoras, contadoras, y plomeras. Además, analistas de sistemas, feministas, fisiatras, gastrónomas.   

También las paraguayas somos estudiantes, parlamentarias, monjas, pastoras y rabinas. Igualmente, secretarias, ejecutivas, empresarias, intendentas, presidentas de partido y hasta podríamos ser presidentas.   

Sí. Hoy, aunque desde luego siempre queda mucho por hacer, las mujeres del Paraguay tienen un amplio camino de posibilidades.   

Recogemos el fruto de nuestras predecesoras. Valientes heroínas que fueron trazando surcos con sudor, lágrimas, esfuerzo, valentía, amor y fortaleza patriótica. Recordamos como homenaje a algunas de ellas.   

Próceres   

Cuando nos remontamos a nuestros 200 años de era independiente, recordamos a los próceres: Fulgencio Yegros (1780-1821), Pedro Juan Caballero (1786-1821), José Gaspar Rodríguez de Francia (1766-1840), Vicente Ignacio Iturbe (1785-1837), Mauricio José Troche (1786-1840), Mariano Antonio Molas (1780-1844), Fernando de la Mora (1785-1835), Francisco Javier Bogarín (1763), Antonio Tomás Yegros (1783-1866).   

Es interesante que de todo este listado de hombres, se menciona a una mujer: Juana María de Lara (1760-1825). Y a otra: Facunda Speratti, novia y luego esposa de Fulgencio Yegros.   

Sus madres   

Aunque habitualmente recordamos sólo a Juana María de Lara entre los próceres, y mujeres que pudieron influir en la independencia del país, sería interesante recordar al menos a aquellas muy cercanas a los renombrados, y que desde luego debieron influir en sus ideas y acciones.   

Es así que la mamá de Fulgencio Yegros y de Antonio Tomás Yegros —hermanos— fue doña María Angela Franco de Torres.   

Lucía García fue la madre de Pedro Juan Caballero. Un 6 de enero de 1780 llegó al mundo José Gaspar Rodríguez de Francia (de allí su nombre), hijo de una aristócrata asuncena llamada María Josefa Velazco.   

María del Carmen Domínguez fue la mamá de Vicente Ignacio Iturbe. Mientras tanto, acerca de Mauricio José Troche, la historia relata que nació en San Isidro de Curuguaty posiblemente en el año 1790.   

María Ursula de la Costa fue la mamá de Mariano Antonio Molas, y doña Ana del Cazal trajo al mundo a Fernando de la Mora. Y Francisco Javier Bogarín fue hijo de María Paula Villamayor.   

Juana María de Lara   

Una figura sin par de la revolución emancipadora de 1811 es, sin lugar a dudas, Juana María de Lara, quien fue hija de doña Luisa Villanueva de Otazú y del español Carlos José de Lara.   

Juana María nació en Asunción, en 1760. Se dedicó a los estudios, y se casó con don José Díaz de Bedoya, quien era el viudo de su tía Margarita Valiente y Otazú. No tuvo hijos, enviudó en 1806, y fue mayordoma perpetua de la Cofradía del Corazón de Jesús. Además, integró la Tercera Orden franciscana.   

Los datos históricos recuerdan que varios próceres de Juana María eran sus parientes. Además se resalta que ella cumplió un papel vital en la noche del 14 de mayo de 1811, cuando hizo de enlace entre los revolucionarios, teniendo en cuenta la fuerte vigilancia sobre quienes luego se convirtieron en próceres de la Patria. Es interesante saber que fue ella quien realizó el contacto entre los revolucionarios y los oficiales de guardia del Cuartel de la Rivera, de la Maestranza de Artillería, y se menciona que ella determinó el momento en que comenzarían las acciones rebeldes.   

Facunda   

Poco recordada, menos aún que Juana María de Lara, aunque no menos importante fue Facunda Speratti, quien en 1811 era la novia de Fulgencio Yegros, y posteriormente se convirtió en su esposa. Ella integró el grupo de rebeldes, y además se destacó su tarea durante la construcción de la rebelión.   

Consideramos que realmente fueron muchas más las mujeres involucradas durante la gesta de 1811, aunque los nombres más recordados son los de Juana María de Lara y Facunda Speratti.   

Son ya 200 años de paraguayas independientes   

Desde 1811 cumplimos 200 años de paraguayas independientes. Mucha agua corrió bajo el puente para que hoy estemos en el Congreso, las redacciones de los periódicos, las intendencias, y los diversos puestos de decisión. Aunque —desde luego— aún queda mucho por lograr. Y en verdad son incontables las mujeres que lucharon para que hoy estemos adonde hemos llegado.   

Indígenas: una gran deuda pendiente   

Paraguay es una tierra de fusiones culturales. Las mujeres indígenas son nuestras madres, abuelas, y bisabuelas. Deuda pendiente del país es sin lugar a dudas un mejor presente y futuro para ellas, sus hijas e hijos.   

Burreritas hacendosas   

La imagen de Asunción de 1811 no sería la misma sin las burreritas. Hoy la burrerita, representada con una estatua, es uno de los símbolos de la ciudad de Lambaré, y fue ubicada luego de muchas mudanzas, en medio de las avenidas Cacique Lambaré y Luis María Argaña.   

El feminismo   

Es interesante recordar un gran compendio realizado por el Centro de Documentación y Estudios acerca del feminismo en Paraguay, y se trata del libro Alquimistas, documentos para otra historia de las mujeres, realizado por Line Bareiro, Clyde Soto y Mary Monte, presentado en marzo de 1993.   

Este gran volumen cita que en 1905 se publicó en la revista del Instituto Paraguayo un trabajo sobre el feminismo realizado por Arsenio López Decoud, que suma cinco artículos difundidos por el diario La Patria, en 1901, y constituyen una respuesta a dos artículos del doctor Cecilio Báez de finales de mayo de ese año, y publicados en La Democracia. Estas difusiones mediáticas podrían definirse como el primer debate en Paraguay acerca del feminismo en nuestro país.   

Madame Lynch   

En el marco de la historia paraguaya fue muy importante el rol de Elisa Alicia Lynch, más conocida como madame Lynch, nacida en el Condado de Cork, Irlanda, en 1835.   

Una interesante pincelada acerca de ella brinda la escritora paraguaya Marilyn Godoy en su libro Una audiencia postergada, presentado en agosto del 2009.   

Definida como heroína en Una audiencia postergada, madame Lynch fue hija de un médico y una madre muy católica. Estudió en el aristocrático Trinity College de Dublín. En París, ante el emperador Napoleón III, fueron presentados madame Lynch y Francisco Solano López, entonces general de 28 años y embajador del Paraguay.   

La historia relata que risas burlonas, miradas desconfiadas y envidiosas la recibieron a madame Lynch al llegar a Asunción, donde la burguesía local no quiso saber nada de ella.   

Así como la envidiaban y odiaban, buscaban copiar su elegancia y distinción, traída de París, con pianos, libros, representantes de la cultura francesa, al punto de que, por ejemplo, se hizo famosa su torta de nata con jalea de pata de vaca con azúcar, o el condimentar con canela el pan de Navidad.   

Elisa Alicia Lynch vivió la trágica Guerra de la Triple Alianza, sufrió la muerte del mariscal Francisco Solano López, a quien enterró con sus propias manos. Fue golpeada igualmente con la muerte de su hijo Panchito. Culminada la guerra, fue vilipendiada, echada, sin nada, con sus cuatro hijos, mientras le gritaban: "¡Ahí va la perra de López!".   

Tenía 35 años, llevaba algunas ropas y una que otra joya personal. Siempre extranjera donde estuviera, finalmente falleció en París, en la pobreza.   

Las Residentas   

La "Primera asamblea americana de mujeres" fue en Asunción, en la Plaza de Mayo, cuando se reunieron Las Residentas, y en dicha oportunidad, como acompañamiento al país, decidieron donar sus joyas ante la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Es así como recordamos a señoritas y señoras que se despojaron de sus bienes más preciados para proseguir con la guerra.   

Considerada como la primera asamblea que convocó a las paraguayas, y de vital importancia para ese momento histórico, se recuerda esa reunión cada 24 de febrero, fecha determinada como Día de la mujer paraguaya, idea de la historiadora Dra. Idalia Flores de Zarza.   

En este marco rememoramos la obra de la Dra. Idalia, quien fundó el primer Club Soroptimist Internacional del Paraguay, entidad que aglutina a mujeres y que tiene por objetivo fomentar la capacitación de las mismas en todas las áreas, para así lograr su crecimiento y avance.   

La iniciativa de Idalia fue apoyada por Carmen Casco de Lara Castro, quien presentó un proyecto de ley ante la Cámara de Diputados en el año 1974, que tuvo su aprobación el 6 de diciembre de dicho año.   

Mientras algunas organizaciones femeninas paraguayas cada año recuerdan el 24 de febrero como el Día de la Mujer Paraguaya, otras entidades consideran que no es para celebrar el hecho de que las señoras se hayan despojado de sus objetos más preciados, y precisamente para financiar una guerra. Lo esencial hoy de esta fecha es que todas las paraguayas tienen su día de celebración.

Celsa y Adela Speratti   

Adela nació en 1865, y Celsa, en 1868. Las hermanas Speratti fueron dedicadas educadoras paraguayas, hijas del coronel Espínola, y de doña Dolores de Speratti.   

Es considerado como muy importante el aporte de Celsa y Adela a la instrucción pública paraguaya. Continuaron su obra mujeres como María Felicidad González, Lucía Tavarozzi, Juanita Centurión, Lidia González. A modo de pequeño homenaje, los rostros de Celsa y Adela Speratti figuran en los actuales billetes de G. 2.000.   

Humanismo   

Serafina Dávalos nació en la ciudad de Ajos —actual Coronel Oviedo— en 1883 y falleció en 1957 a causa de un paro cardiaco. Es la primera abogada, recibida en la Universidad Nacional, y la primera mujer que egresó de una universidad.   

Desde luego feminista, su tesis se denominó Humanismo, presentada en 1907, en el mismo año de graduarse. Su trabajo universitario constituyó "un escándalo", pues hablaba acerca de las injusticias cometidas hacia las mujeres.   

Fue la primera en ocupar un puesto en la Corte Suprema de Justicia, participó en el primer congreso feminista internacional, fundó el Movimiento Feminista de Asunción, el Centro Feminista Paraguayo, la Unión Femenina de Paraguay, y la Liga Paraguaya pro Derechos de la Mujer.   

Es muy interesante que si buscamos en Facebook, encontramos el perfil de "Serafina Dávalos", con gran parte de sus datos biográficos, frases célebres, y —hasta ahora— 499 amigos y amigas.   

Como una de sus citas favoritas —en Facebook— figura ésta: "Si queremos construir un país verdaderamente democrático en que la libertad, la justicia y la igualdad sean hermosas realidades, debemos empezar por organizar el hogar, sobre la base de una perfecta igualdad".   

Hortensia Galli de Mersán   

En este homenaje a las mujeres bicentenarias hacemos una recordación especial acerca de Hortensia Galli de Mersán, conocida cariñosamente como "Mica". Nació el 3 de mayo de 1917, en San Juan Bautista de las Misiones. Se casó con el Dr. Carlos A. Mersán, en agosto de 1942, con quien tuvo cuatro hijos: Blanca Nidia, Oscar Antonio, Carlos Tomás y Hugo Rodolfo.   

Fundó el Consejo Nacional de Entidades de Beneficencia y Organizaciones Voluntarias (Coneb), donde brindó 40 años de trabajo solidario en favor de las personas más desfavorecidas. En 1976 recibió la ‘‘Medalla del Bicentenario de la Independencia de los Estados Unidos’’, precisamente en reconocimiento a su tarea solidaria. Falleció el 15 de diciembre de 2002.

 

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