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Esta pregunta es una constante: ¿cuánto tiempo puede aguantar una botella de vino abierta?
No es fácil dar exactamente un tiempo, pero trataré de explicar de forma fácil y entendible.
La verdad es que una botella de vino, una vez abierta, debido al contacto con el oxígeno, no tiene una duración muy prolongada, ya que comienza a oxidarse y quedar mal luego de un cierto tiempo: unas 12 horas. Así que recomiendo siempre beberlo todo en un periodo no superior a las 6 horas una vez abierto.
Pero, como siempre, hay excepciones a la regla y les daré una pequeña pista para que la puedan aplicar en casa y de esta forma disfrutar y guardar mejor los vinos que acostumbran beber.
Si se trata de un vino joven y sin madera, una vez abierto, uno lo tiene que disfrutar, ya que nada ganará estando abierto mucho tiempo porque sus aromas son primarios. Es más, si lo deja abierto más de 12 horas, de seguro que comenzará a empeorar, lo que significa que es un vino de rápida consumición. Estos vinos se caracterizan en una góndola de supermercado o vinoteca por ser los más económicos.
Si fuese un vino reserva con algo de madera, es recomendable abrir la botella y dejarla respirar como mínimo por 30 minutos antes de consumirla. Pero rápidamente comenzará a degradarse y no aguantará un periodo de 24 horas una vez abierto.
Si el vino que deseo abrir es un Premium o Súper Premium que ha tenido un largo contacto con la madera, o el mismo vino estuvo por un largo periodo de guarda en la bodega, hay que abrirlo unas 6 horas antes como mínimo. Esto por dos motivos: uno, para que la madera contenida en el vino se vaya ablandando y, segundo, para que las moléculas se vayan habituando al oxígeno y que el vino pueda liberar sus aromas. Estos vinos en muchas ocasiones aguantan 24 horas abiertos sin que haya gran alteración en su estructura.
Pero ¿cómo hacer si uno no lo consume todo, para que el vino aguante por lo menos un día más para consumirlo? Hay muchas soluciones y la más sencilla es la de colocar el vino dentro de la heladera, ya que el frío reduce a la mitad el tiempo de oxidación. Eso no quiere decir que me dé mucho tiempo más, pero por lo menos algo más; su único inconveniente es que ese vino que sobró quedará en la heladera a una temperatura muy baja (cerca de los 7 ºC), lo que conlleva a que no podamos disfrutar al máximo de sus aromas. De nada sirve colocar el corcho nuevamente, ya que el oxígeno se encuentra dentro de la botella; el hecho de volver a utilizar el corcho es solo para evitar que aromas desagradables de la heladera penetren en el vino.
Otro método de conservar el vino es retirando el oxígeno de adentro de la botella. Esto es posible gracias a un sistema de vacío, muy común en muchos mercados, ya que los sistemas para ello cuestan entre 30 a 50 dólares. Este sistema garantiza que el vino conserve todo su potencial por periodos cercanos a los 14 días. También existe un equipo profesional o para la casa que introduce nitrógeno dentro de la botella; este nitrógeno, como es más pesado que el oxígeno, se deposita sobre el vino desplazando al oxígeno, y de esta forma el vino puede conservarse hasta 30 días abierto.
Por último, una forma mucho más casera es utilizando el dióxido de carbono exhalado por el cuerpo humano. Consiste en soplar dentro de la botella de vino: el dióxido de carbono más pesado que el oxígeno se deposita sobre el vino haciendo un colchón y desplazando el oxígeno, el mismo concepto que con el nitrógeno. Una vez hecho esto, se vuelve tapar con el corcho. El vino así aguanta como máximo 36 horas, pero ya es una solución sencilla y económica.
Apreciados lectores, salud a todos y hasta el próximo sábado.
No es fácil dar exactamente un tiempo, pero trataré de explicar de forma fácil y entendible.
La verdad es que una botella de vino, una vez abierta, debido al contacto con el oxígeno, no tiene una duración muy prolongada, ya que comienza a oxidarse y quedar mal luego de un cierto tiempo: unas 12 horas. Así que recomiendo siempre beberlo todo en un periodo no superior a las 6 horas una vez abierto.
Pero, como siempre, hay excepciones a la regla y les daré una pequeña pista para que la puedan aplicar en casa y de esta forma disfrutar y guardar mejor los vinos que acostumbran beber.
Si se trata de un vino joven y sin madera, una vez abierto, uno lo tiene que disfrutar, ya que nada ganará estando abierto mucho tiempo porque sus aromas son primarios. Es más, si lo deja abierto más de 12 horas, de seguro que comenzará a empeorar, lo que significa que es un vino de rápida consumición. Estos vinos se caracterizan en una góndola de supermercado o vinoteca por ser los más económicos.
Si fuese un vino reserva con algo de madera, es recomendable abrir la botella y dejarla respirar como mínimo por 30 minutos antes de consumirla. Pero rápidamente comenzará a degradarse y no aguantará un periodo de 24 horas una vez abierto.
Si el vino que deseo abrir es un Premium o Súper Premium que ha tenido un largo contacto con la madera, o el mismo vino estuvo por un largo periodo de guarda en la bodega, hay que abrirlo unas 6 horas antes como mínimo. Esto por dos motivos: uno, para que la madera contenida en el vino se vaya ablandando y, segundo, para que las moléculas se vayan habituando al oxígeno y que el vino pueda liberar sus aromas. Estos vinos en muchas ocasiones aguantan 24 horas abiertos sin que haya gran alteración en su estructura.
Pero ¿cómo hacer si uno no lo consume todo, para que el vino aguante por lo menos un día más para consumirlo? Hay muchas soluciones y la más sencilla es la de colocar el vino dentro de la heladera, ya que el frío reduce a la mitad el tiempo de oxidación. Eso no quiere decir que me dé mucho tiempo más, pero por lo menos algo más; su único inconveniente es que ese vino que sobró quedará en la heladera a una temperatura muy baja (cerca de los 7 ºC), lo que conlleva a que no podamos disfrutar al máximo de sus aromas. De nada sirve colocar el corcho nuevamente, ya que el oxígeno se encuentra dentro de la botella; el hecho de volver a utilizar el corcho es solo para evitar que aromas desagradables de la heladera penetren en el vino.
Otro método de conservar el vino es retirando el oxígeno de adentro de la botella. Esto es posible gracias a un sistema de vacío, muy común en muchos mercados, ya que los sistemas para ello cuestan entre 30 a 50 dólares. Este sistema garantiza que el vino conserve todo su potencial por periodos cercanos a los 14 días. También existe un equipo profesional o para la casa que introduce nitrógeno dentro de la botella; este nitrógeno, como es más pesado que el oxígeno, se deposita sobre el vino desplazando al oxígeno, y de esta forma el vino puede conservarse hasta 30 días abierto.
Por último, una forma mucho más casera es utilizando el dióxido de carbono exhalado por el cuerpo humano. Consiste en soplar dentro de la botella de vino: el dióxido de carbono más pesado que el oxígeno se deposita sobre el vino haciendo un colchón y desplazando el oxígeno, el mismo concepto que con el nitrógeno. Una vez hecho esto, se vuelve tapar con el corcho. El vino así aguanta como máximo 36 horas, pero ya es una solución sencilla y económica.
Apreciados lectores, salud a todos y hasta el próximo sábado.