Cargando...
Brilló en el Paraguay, brilló en Sudamérica y brilló aún más cuando llegó al Barcelona. Eulogio Martínez, "Coquito" para los suyos y la afición paraguaya, fue uno de los dos únicos paraguayos, que yo sepa, que jugó en una selección extranjera, en una Copa del Mundo: la de España, en Chile, en 1962. El otro fue Constantino Urbieta Sosa, en Argentina, en 1934. Darío Rojas formó parte de la delegación boliviana en el Mundial de Estados Unidos, en 1994, pero no jugó.
La historia de Eulogio Martínez es bastante conocida entre nosotros pues fue uno de los referentes más importantes de su tiempo y uno de los paraguayos más exitosos en el exterior. Formó parte de aquel grandioso equipo de Libertad de 1955 y de las selecciones aquel entonces. Y se sabe también que comenzó en el Atlántida, de donde fue adquirido por gestiones de Jaime Villalonga, quien también fue el gestor de su transferencia a España. Lió sus petates y partió hacia nuevas glorias. Nació el 11 de marzo de 1935 y falleció a los 49 años, el 30 de setiembre de 1964. De eso hace ya 25 años.
El ascenso de Eulogio Martínez fue meteórico. Dice un artículo de Don Balón, escrito hace años: "Ciertos delanteros son capaces de elevar el gol a la categoría de arte. Uno de ellos vino de Paraguay y encandiló a la parroquia del vetusto Las Corts, primero, y del vanguardista Camp Nou, después, con un virtuoso repertorio de goles".
"Al finalizar la temporada 1955-56, en la que el FC Barcelona había terminado segundo, a un punto del campeón, el Athletic Club de Bilbao sigue diciendo Don Balón el club azulgrana realizó un puñado de incorporaciones. Subió al primer cuadro a algunos jóvenes de su propia cantera, Gensana, Vergés, Ribelles y Coll y llegaron desde Paraguay Melanio Olmedo, un zaguero central alto, fuerte, y muy corpulento, acompañado de un delantero con cara de niño bueno: Eulogio Martínez.
Simplemente Eulogio, para los catalanes, se ganó el cariño y la admiración de la afición bleugrana. Llegó a jugar 225 partidos con el Barça: marcó 168 goles. Pronto comenzaron a llamarle el "Abrelatas" por la facilidad que tenía para romper las defensas contrarias. En la temporada 1956-57 fue titular indiscutible. Jugó 45 partidos y marcó 37 goles. Pero el campeonato se mostraba esquivo. En la Copa del Generalísimo, "Coquito" vivió una de sus jornadas más gloriosas: Barcelona goleó al Atlético de Madrid 8-2 y nuestro compatriota anotó nada menos que 7 goles, y le anularon 2. Record en el fútbol español.
El 24 de septiembre de 1957, día de la "Mercé", se inauguró el Camp Nou. Cien mil espectadores abarrotaron un escenario que encandiló al mundo y ese día, Martínez escribió otra página gloriosa: anotó el primer gol en ese magnífico escenario, frente a una selección de Polonia que cayó 4-2 ante el Barcelona.
Barcelona tenía, en 1957, una constelación de delanteros de primera magnitud: Evaristo, Tejada, Kubala, Kocsis, Luis Suárez, Villaverde, Czibor y Rivelles, y Eulogio Martínez. Pero solo podían jugar cuatro. En esa época no había cambios. De entre ellos, Eulogio y Evaristo formaron un tándem imparable: Eulogio disputó 38 partidos entre Liga, Copa de Ferias, Copa de España y amistosos. Evaristo jugó 36. Marcaron la friolera de 31 goles cada uno. En 1958 fue llamado a la Selección B de España y más tarde a la Selección A, con la que jugó 8 partidos (incluido el Mundial de Chile) y anotó 6 goles.
En la temporada 1959-60 Eulogio volvió a ser de los más utilizados: jugó 24 partidos y fue el segundo máximo goleador tras el madridista Pancho Puskas. Su estrella se fue eclipsando cuando comenzó a hacérsele difícil controlar su peso y entrenar para él era un suplicio. Finalmente, en 1962 se fue al Elche durante dos temporadas, después al Atlético de Madrid y, finalmente, al Europa y al Calella. En esta última ciudad viviría el resto de su vida.
En 1984, cambiando una rueda de su coche en plena carretera, fue arrollado por otro vehículo. Después de 23 días en coma, falleció el 30 de septiembre. Trágico final para uno de los grandes de la historia del fútbol paraguayo y puntal del Barcelona de aquellos tiempos.
La historia de Eulogio Martínez es bastante conocida entre nosotros pues fue uno de los referentes más importantes de su tiempo y uno de los paraguayos más exitosos en el exterior. Formó parte de aquel grandioso equipo de Libertad de 1955 y de las selecciones aquel entonces. Y se sabe también que comenzó en el Atlántida, de donde fue adquirido por gestiones de Jaime Villalonga, quien también fue el gestor de su transferencia a España. Lió sus petates y partió hacia nuevas glorias. Nació el 11 de marzo de 1935 y falleció a los 49 años, el 30 de setiembre de 1964. De eso hace ya 25 años.
El ascenso de Eulogio Martínez fue meteórico. Dice un artículo de Don Balón, escrito hace años: "Ciertos delanteros son capaces de elevar el gol a la categoría de arte. Uno de ellos vino de Paraguay y encandiló a la parroquia del vetusto Las Corts, primero, y del vanguardista Camp Nou, después, con un virtuoso repertorio de goles".
"Al finalizar la temporada 1955-56, en la que el FC Barcelona había terminado segundo, a un punto del campeón, el Athletic Club de Bilbao sigue diciendo Don Balón el club azulgrana realizó un puñado de incorporaciones. Subió al primer cuadro a algunos jóvenes de su propia cantera, Gensana, Vergés, Ribelles y Coll y llegaron desde Paraguay Melanio Olmedo, un zaguero central alto, fuerte, y muy corpulento, acompañado de un delantero con cara de niño bueno: Eulogio Martínez.
Simplemente Eulogio, para los catalanes, se ganó el cariño y la admiración de la afición bleugrana. Llegó a jugar 225 partidos con el Barça: marcó 168 goles. Pronto comenzaron a llamarle el "Abrelatas" por la facilidad que tenía para romper las defensas contrarias. En la temporada 1956-57 fue titular indiscutible. Jugó 45 partidos y marcó 37 goles. Pero el campeonato se mostraba esquivo. En la Copa del Generalísimo, "Coquito" vivió una de sus jornadas más gloriosas: Barcelona goleó al Atlético de Madrid 8-2 y nuestro compatriota anotó nada menos que 7 goles, y le anularon 2. Record en el fútbol español.
El 24 de septiembre de 1957, día de la "Mercé", se inauguró el Camp Nou. Cien mil espectadores abarrotaron un escenario que encandiló al mundo y ese día, Martínez escribió otra página gloriosa: anotó el primer gol en ese magnífico escenario, frente a una selección de Polonia que cayó 4-2 ante el Barcelona.
Barcelona tenía, en 1957, una constelación de delanteros de primera magnitud: Evaristo, Tejada, Kubala, Kocsis, Luis Suárez, Villaverde, Czibor y Rivelles, y Eulogio Martínez. Pero solo podían jugar cuatro. En esa época no había cambios. De entre ellos, Eulogio y Evaristo formaron un tándem imparable: Eulogio disputó 38 partidos entre Liga, Copa de Ferias, Copa de España y amistosos. Evaristo jugó 36. Marcaron la friolera de 31 goles cada uno. En 1958 fue llamado a la Selección B de España y más tarde a la Selección A, con la que jugó 8 partidos (incluido el Mundial de Chile) y anotó 6 goles.
En la temporada 1959-60 Eulogio volvió a ser de los más utilizados: jugó 24 partidos y fue el segundo máximo goleador tras el madridista Pancho Puskas. Su estrella se fue eclipsando cuando comenzó a hacérsele difícil controlar su peso y entrenar para él era un suplicio. Finalmente, en 1962 se fue al Elche durante dos temporadas, después al Atlético de Madrid y, finalmente, al Europa y al Calella. En esta última ciudad viviría el resto de su vida.
En 1984, cambiando una rueda de su coche en plena carretera, fue arrollado por otro vehículo. Después de 23 días en coma, falleció el 30 de septiembre. Trágico final para uno de los grandes de la historia del fútbol paraguayo y puntal del Barcelona de aquellos tiempos.