Ilha Grande, una joya escondida en la costa sur de Brasil, es un destino que encanta a quienes buscan un escape de la rutina diaria.
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Con sus políticas de conservación que prohíben el uso de autos, esta isla ofrece un entorno natural prácticamente intacto, donde el verdor de la selva se fusiona con el azul turquesa del océano.
La magia del trekking en la selva
Una de las principales atracciones de Ilha Grande es su vasta red de senderos que atraviesan densas selvas y conectan una playa escondida con otra.
El trekking aquí es una experiencia como ninguna otra. Los senderistas pueden descubrir la flora y fauna únicas de la región, con la posibilidad de avistar monos, aves coloridas y una variedad de mariposas.
Entre las rutas imperdibles figura Trilha do Pico do Papagaio, un desafiante recorrido que lleva a los aventureros a las alturas con impresionantes vistas panorámicas de la isla y el océano.
La caminata puede durar de cinco a siete horas, pero las vistas desde la cima lo valen.
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También el circuito Ilha Grande es especialmente recomendable. Uniendo varias playas, este sendero es perfecto para los que buscan un día completo de exploración. Con paradas en playas serenas, es ideal para quienes desean disfrutar de la naturaleza y relajarse.
Exploración marina: paseos en kayak
Otra forma de experimentar la belleza de Ilha Grande es a través de sus aguas cristalinas en un kayak.
Los paseos en kayak permiten a los visitantes explorar las costas a su propio ritmo, descubriendo calas escondidas y cuevas marítimas.
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Entre los lugares recomendados para kayak destaca Lagoa Azul, un verdadero paraíso con aguas azules y llenas de vida marina. Es un lugar perfecto para practicar esnórquel después de un paseo en kayak.
Saco do Céu, por su parte, es un estuario tranquilo y protegido, ideal para un día de remado pausado mientras se disfruta de las vistas del paisaje circundante.
Descanso en playas desiertas
Para aquellos que prefieren el simple placer del sol y la arena, Ilha Grande ofrece playas que rivalizan con las mejores del mundo.
El hecho de que solo se pueda llegar a muchas de ellas a pie o en barco garantiza su aislamiento y belleza natural.
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Entre las playas más lindas para relajarse está Lopes Mendes, considerada por muchos como una de las mejores playas de Brasil.
Sus casi tres kilómetros de arena blanca y aguas limpias la hacen perfecta para un día de descanso.
Otra opción es Praia do Aventureiro. Con su famoso cocotero inclinado, esta playa es un sueño fotogénico que invita a los visitantes a relajarse y desconectar.
También Praia do Cachadaço es una sugerencia imperdible. Más remota y menos visitada, esta playa ofrece un refugio tranquilo para aquellos que buscan paz y privacidad.
Consejos para el viajero
Transporte: al ser una isla libre de autos, el transporte se realiza principalmente a pie o por medio de barcos locales. Preparar un plan de viaje con rutas y horarios ayudará a aprovechar al máximo la visita.
Equipamiento: llevar buen calzado para trekking, protección solar, y un kit básico de primeros auxilios es esencial para disfrutar plenamente las actividades al aire libre.
Respeto al entorno: conservar la belleza de la isla significa respetar sus reglas de preservación, como llevarse la basura y evitar dañar la flora y fauna local.
Ilha Grande es realmente un paraíso diverso que ofrece aventuras y tranquilidad. Ya sea explorando la selva, remando en sus aguas o descansando en sus playas, la isla invita a todos a disfrutar de un entorno natural impresionante y preservado.