Con la evolución de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y los protocolos inalámbricos avanzados, cada vez más hogares están adoptando características inteligentes.
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En la actualidad, el mercado de smart homes está en plena expansión. Según diversas investigaciones, un número creciente de hogares en todo el mundo está utilizando al menos un dispositivo inteligente, como termostatos, luces, altavoces o cámaras de seguridad conectados.
Empresas como Google, Amazon y Apple han impulsado este crecimiento con sus asistentes inteligentes, como Google Assistant, Alexa y Siri, que permiten a los usuarios controlar sus dispositivos con comandos de voz.
Elementos de una casa completamente conectada
Para lograr una casa completamente conectada, todos los sistemas y electrodomésticos deben ser capaces de comunicarse entre sí e integrarse sin problemas. Esto incluye, entre otras cosas, la automatización del hogar, con sistemas que permiten programar y automatizar acciones, como encender luces al atardecer o ajustar la calefacción según la presencia de personas en casa.
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También debería contar con seguridad inteligente, es decir, cámaras, sensores de movimiento, y cerraduras electrónicas que se pueden controlar y monitorear remotamente.
Además, una verdadera smart home cuenta con electrodomésticos inteligentes, como heladeras que hacen listas de compras, lavadoras que se inician automáticamente cuando las tarifas de electricidad son más bajas, entre otros.
Además, un hogar inteligente debe contar con eficiencia energética, o sea, dispositivos que optimizan el uso de energía, reduciendo costos y promoviendo la sostenibilidad.
Por último, debe existir la interoperabilidad: la capacidad de diferentes dispositivos y plataformas para trabajar juntos sin problemas.
Desafíos hacia la conectividad completa
A pesar del entusiasmo, varios obstáculos deben superarse antes de que los hogares totalmente conectados se conviertan en el estándar. Por ejemplo, la falta de estándares universales hace que integrar dispositivos de diferentes fabricantes sea un desafío.
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Además, la conectividad constante presenta riesgos de seguridad, al exponer potencialmente a los hogares a ciberataques.
Un punto no menor a considerar es que la inversión inicial para equipar un hogar con tecnología inteligente aún puede ser alta para muchos consumidores.
Y por último, muchos usuarios todavía no están completamente familiarizados con cómo las tecnologías inteligentes pueden mejorar sus vidas cotidianas.
El futuro promete un aumento en la integración y la facilidad de uso de los sistemas de smart homes. Con el avance de la tecnología 5G, la conectividad será más rápida y confiable, facilitando la transmisión de grandes cantidades de datos entre dispositivos.
Además, la inteligencia artificial seguirá mejorando, permitiendo a los sistemas aprender y adaptarse mejor a las necesidades de los usuarios.
Aunque ya hemos avanzado significativamente hacia la creación de hogares inteligentes, aún queda camino por recorrer antes de que las casas completamente conectadas sean comunes.
La colaboración entre fabricantes, el desarrollo de normativas estándares y el aumento de la concienciación del consumidor serán clave para superar los desafíos actuales.
A medida que la tecnología continúa evolucionando, la visión de un hogar donde todo esté interconectado podría convertirse pronto en una realidad cotidiana.