La Asociación Profesional de Psiquiatría, Psicosomática y Psicoterapia del Niño y el Adolescente (BKJPP), de Alemania, señala que también es necesario analizar la importancia que los juegos de ordenador y la interacción en Internet tienen en la vida del niño o adolescente.
Por ello, los padres deben tratar de averiguar qué es lo que atrae tanto a su hijo. Y en un segundo paso, considerar por qué quizás no encuentre esos aspectos en la vida real, y cómo pueden ser sustituidos por aficiones y actividades sociales.
Si los padres están preocupados por el consumo de tecnologías de sus hijos, pueden estar atentos a las señales de alarma. Por ejemplo, si el niño utiliza los juegos de ordenador para hacer frente al estrés, minimizar sentimientos negativos o evadir problemas, esto puede ser indicio de un uso poco saludable de los aparatos.
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Pero también es problemático cuando empeora el rendimiento escolar, se producen trastornos del sueño o cuando los niños muestran dificultades para concentrarse.
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Si el retoño persiste en ese comportamiento de consumo tecnológico a pesar de ser consciente de las consecuencias negativas, puede ser un signo de adicción psicológica. En ese caso, los padres deben buscar ayuda.
Lo mismo ocurre si los niños se vuelven con frecuencia irritables, inquietos, malhumorados o incluso ansiosos y deprimidos cuando se les niega el acceso a Internet.