La seguridad del local impidió el acceso a una abogada identificada como Kelly Conlon, que trabaja en un bufete de abogados que mantiene un litigio contra Madison Square Garden (MSG) Entertainment (empresa dueña del teatro), informó hoy la cadena NBC4.
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Conlon había comprado una entrada para ella y para su hija para asistir al espectáculo navideño de las “Rockettes”.
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Según declaró al canal, cuando atravesó el detector de metales ubicado en las puertas del teatro, escuchó por los interfonos que alguien la identificaba por su pelo negro y su bufanda gris.
Conlon aseguró que creyó oír “que el sistema de reconocimiento la había detectado”.
“Sabían mi nombre antes de que se lo dijera. Conocían la empresa en la que trabajaba antes de que se lo dijera, y me dijeron que no tenía permitido estar allí”, contó la abogada a NBC4.
Teatro de Nueva York veta a los trabajadores de una firma
El bufete de abogados para el que trabaja, “Davis, Saperstein and Solomon”, lleva años envuelto en una denuncia contra un restaurante que ahora pertenece a MSG, compañía que ha decidido vetar a todos los trabajadores de dicha firma mientras dure el litigio.
“MSG aplica una política clara que impide que los abogados que han iniciado un litigio que está en marcha contra la compañía asistan a eventos en nuestros locales hasta que la demanda sea resuelta”.
“Si bien entendemos que esta política supone un inconveniente para algunos, no podemos ignorar el hecho de que los litigios crean un entorno intrínsecamente adverso”, aseguró la empresa en un comunicado reproducido por la cadena.
Asimismo, MSG sostiene que la firma está informada de esta medida.
Teatro de Nueva York aplica castigo colectivo
Por su parte, el despacho de abogados asegura que dicha política se trata de un “pretexto para llevar a cabo un castigo colectivo contra quienes se atrevan a denunciar a MSG y su red multimillonaria”.
Albert Fox Cahn, director ejecutivo de la oenegé STOP, dedicada a denunciar los abusos de la tecnología de reconocimiento facial, asegura a EFE que “cuando empresas como Madison Square Garden utilizan el reconocimiento facial de la forma en que lo hacen, se plantean preocupaciones reales”
Es “sobre si una empresa que se supone que debe estar abierta al público y que se sabe que recibe mucho dinero público para apoyarla tiene derecho a vigilar y tomar represalias contra sus clientes de esta manera”.
“Me preocupa no solo que las empresas abusen de esta tecnología, sino que la policía y las agencias gubernamentales abusen de esta tecnología todos los días”.
“Y muchas veces, no tenemos ni idea de cómo la están usando”, agrega Cahn, cuya ONG mantiene un pulso legal con la Policía de Nueva York para que esta haga pública información respecto al uso que hace del reconocimiento de los rostros.