La “internet oscura” ha evolucionado durante los últimos meses al mismo ritmo que la demanda relacionada con las necesidades surgidas durante la crisis causada por la pandemia; primero la “oferta” se centró en material sanitario como mascarillas o guantes; después en test PCR o de antígenos falsificados; y ahora en certificados de vacunación y “pasaportes covid”.
Los datos han sido expuestos por responsables en España de la multinacional Check Point, especializada en ciberseguridad, que han comparecido en rueda de prensa para informar sobre el crecimiento de los ataques informáticos durante la pandemia, los retos que existen ante una nueva "normalidad" -con muchas más personas "conectadas"- y sobre los nuevos "ciberriesgos" que se ciñen sobre el sector de la salud.
Entre éstos, han incidido en que el "pasaporte covid" va a ser utilizado como un nuevo vector para lanzar ciberataques, y han hecho hincapié en las diferencias que se pueden producir entre países, ya que en algunos pueden ser sofisticados y seguros códigos "QR" y en otros sencillos certificados "en papel" que se pueden falsificar y obtener de forma ilegal por internet muy fácilmente.
En la rueda de prensa han intervenido el director general de esta empresa para España y Portugal, Mario García, y el director técnico, Eusebio Nieva, quienes han precisado que las amenazas "mutan" cada día y están afectando a diario a numerosas empresas y organismos públicos -uno de los últimos afectó ayer al Ministerio de Trabajo, tres meses después del sufrido por el Servicio Público de Empleo Estatal-.
Los responsables de la empresa de ciberseguridad han insistido en la "inseguridad" de los dispositivos móviles ante el creciente número de trabajadores que los están utilizando, y han observado que en el año 2024 se calcula que en España los usarán el 60 por ciento de los empleados, por lo que la "superficie de ataque" se va a multiplicar.
Sus datos ponen de relieve que el 97 por ciento de las empresas han sufrido algún tipo de ataque a sus dispositivos móviles durante 2020; o que el 40 por ciento de los móviles que se usan en el mundo han demostrado ser vulnerables.
Han destacado la “doble extorsión” que se está imponiendo durante los últimos meses, ya que los atacantes reclaman “rescates” por cesar sus amenazas o exigen pagos para evitar que los datos que han obtenido de una forma ilícita se publiquen en abierto en internet, y han observado la especial vulnerabilidad de las personas o de las empresas cuando se trata de datos o expedientes médicos.