“Ocurrió algo importante” al momento del descenso, escribió. “Deberíamos saber qué fue en cuanto podamos examinar los fragmentos más tarde durante el día”, afirmó Musk, que añadió bromeando: “Al menos, el cráter está en el lugar correcto!” .
El cohete SN11 fue lanzado desde las instalaciones de la compañía en el sur de Texas y comenzó su ascenso de 10 kilómetros, experimentando algunos fallos de video.
Estaba bajando a la superficie cuando la señal de video volvió a perderse.
“Perdimos el reloj en T más cinco minutos, 49 segundos”, afirmó el locutor de SpaceX John Insprucker, refiriéndose a la cantidad de tiempo transcurrida desde el despegue.
“Parece que tuvimos otro emocionante test del Starship Number 11”, añadió secamente.
SN11 es el undécimo prototipo de Starship, que SpaceX espera que sea capaz de volar algún día en misiones tripuladas a la Luna, Marte y más allá.
Fue, además, el cuarto que realizaba una prueba de vuelo que trataba de regresar al suelo para un aterrizaje vertical suave.
El SN8 y SN9, que se lanzaron en diciembre y febrero respectivamente, se estrellaron al aterrizar y explotaron, mientras que el SN10 logró aterrizar con éxito pero explotó pocos minutos después de la prueba el 3 de marzo.
Pese a estos fracasos, los analistas consideran que SpaceX está recogiendo datos muy valiosos que podrán ayudar a acelerar el desarrollo de su programa espacial.
Con el tiempo, SpaceX planea combinar la nave Starship con un cohete Super Heavy, creando un equipo totalmente reutilizable.
Esta versión final tendrá una altura de 120 metros y podrá transportar 100 toneladas métricas a la órbita de la Tierra, el vehículo de lanzamiento más poderoso jamás desarrollado.