El robot, FEDOR, por sus siglas en inglés (Final Experimental Demonstration Object Research), que la prensa del país llama "Fiódor” por su similitud con el nombre ruso, mide 180 centímetros y pesa 160 kilogramos, por lo que hubo que reforzar la butaca en la viajará al espacio. Inicialmente, el autómata fue desarrollado por encargo del Ministerio para Situaciones de Emergencia de Rusia para la evacuación de personas de zona afectadas por derrumbes, incendios, así como por contaminación química y radiactiva.
Para ello, al androide, que por entonces llevaba el nombre de “Avatar”, le enseñaron a subir y bajar escaleras, conducir vehículos y utilizar distintos tipos de herramientas, como se puede apreciar en los vídeos difundidos por su desarrolladores. Sin embargo, “Fiódor” no llegó a convertirse en rescatista; en 2016 se decidió enviarlo al espacio como “piloto de prueba” de la nueva nave espacial rusa “Federatsia”, cuyo lanzamiento estaba previsto en un comienzo para 2021, pero que fue aplazado a 2022.
Según la agencia oficial rusa RIA Nóvosti, el androide no solo probará la “Federatsia”, sino realizará en esa nave un vuelo a la Luna y, en un futuro más lejano, sus “descendientes” desembarcarán en la superficie del satélite natural de la Tierra. La misión de “Fiódor” en el vuelo de la Soyuz MS-14 será trasmitir imágenes desde el interior de la nave e informar del funcionamiento de sus sistemas.
El lanzamiento de mañana, que se efectuará desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) las 03.38 GMT, es el primero de una nave Soyuz, en esta ocasión sin tripulantes, con un cohete Soyuz-2.1a, empleado hasta solo para poner en órbita satélites y cargueros espaciales. De los 34 lanzamientos de este portador solo uno resultó fallido: el de carguero Progress M-27-M, que por un desperfecto en el tercera etapa del cohete no llegó a la órbita de apoyo y se desintegró en las capas altas de la atmósfera el 8 de mayo de 2015, diez días después de despegar de Baikonur.
Desde 2002 todos los lanzamientos de las naves tripuladas rusas se han efectuado con cohete Soyuz-FG, que cuenta con un sistema de mando analógico de producción ucraniana. Roscosmos, la agencia espacial rusa, decidió sustituir estos portadores a partir del próximo año por los Soyuz-2.1a, dotados de un sistema de mando digital fabricado en el país. El último lanzamiento de una nave tripulada rusa con un cohete Soyuz-FG está programado para el próximo 25 de septiembre.
El cambio de portador hace necesaria su certificación para naves tripuladas, en particular en lo que se refiere a la interacción del sistema de mando digital del cohete con el sistema analógico de salvamento que se activa en caso de un lanzamiento fallido. Precisamente, gracias a ese sistema salvaron sus vidas los tres tripulantes de la Soyuz MS-10 tras la avería sufrida por el cohete cuando se hallaba a unos 50 kilómetros de altura.
La misión espacial de “Fiódor” tendrá una duración de 17 días, 14 de los cuales serán a bordo de la EEI, donde les esperan los rusos Alexéi Ovchinin y Alexandr Skvortsov, los estadounidenses Andrew Morgan, Nick Hague y Christina Koch, y el astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA), Luca Parmitano. La Estación Espacial Internacional, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, actualmente está integrada por 15 módulos permanentes y orbita la Tierra a una distancia de 400 kilómetros y una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora.