El parque Lago Turkana Energía Eóólica (LTWP, en sus siglas en inglés) , que ocupa una extensión de 40.000 hectáreas, tiene una capacidad máxima para generar 310 megavatios de energía eléctrica.
El LTWP consta de 365 turbinas Vestas -con tres astas de 25 metros cada una- que se distribuyen a lo largo de un paisaje semiáárido sobre el que descansa la extremidad suroriental el Turkana, el lago alcalino más grande del mundo.
El difícil acceso a esta región casi desértica e históricamente olvidada por la lejana capital de Nairobi, la ausencia de infraestructuras (hubo que construir una carretera de 200 kilómetros) y la búsqueda de accionistas, entre otras causas, hicieron que el proyecto necesitase más de diez años para acabarse.
El coste ha alcanzado los 680 millones euros, compartidos entre el sector público y el privado, dando lugar a la mayor inversión privada en la historia de Kenia.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) , institución financiera de la Unión Europea (UE) , aportó 200 millones de euros, mientras que la propia UE desembolsó 25 millones de euros.
“Es nuestra mayor inversión en Kenia”, dijo este jueves en una rueda de prensa en Nairobi la directora del BEI para África del Este, Catherine Collin, al definir el LTWP como un “buque insignia en términos de aprovechamiento al máximo de la energía renovable”.
La línea de transmisión eléctrica de alta tensión que conecta el parque con la red eléctrica nacional fue construida parcialmente por la empresa española Isolux Corsan, que entró en suspensión de pagos y no pudo completar un trabajo que acabó un grupo chino.