Javier Viveros es un firme puntal de la literatura paraguaya. Aquel joven que conocí personalmente en 2006 ha crecido como autor de una forma yo diría que osada y al galope. Nació en Asunción, en 1977, pero se considera luqueño. Se dedica a la ingeniería informática pero lo suyo es la escritura, la creación. Aunque ha publicado cuatro poemarios hasta la fecha, se desenvuelve mucho mejor en el cuento, en el tramo corto, del que nacieron cuatro libros: La luz marchita, Ingenierías del Insomnio, Urbano, demasiado urbano y Manual de esgrima para elefantes. Ha participado en un volumen de cuentos futbolísticos titulado Punta Karajá, un prodigio dentro de esta temática. En 2012 la editorial de Tokio Hapa-no-kofu dio a conocer una traducción al japonés de su libro de haikus, En una baldosa.