La disfunción sexual es un problema común tanto en hombres como en mujeres con diabetes, y entender cómo manejar esta situación puede mejorar significativamente la calidad de vida.
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¿Por qué ocurre la disfunción sexual en personas con diabetes?
La disfunción sexual relacionada con la diabetes puede resultar de una combinación de factores físicos y psicológicos.
Uno de ellos es la neuropatía diabética. La alta concentración de azúcar en sangre con el tiempo puede dañar los nervios, lo que puede resultar en pérdida de sensibilidad y problemas de comunicación entre el cerebro y los órganos sexuales.
También hay que tener en cuenta los problemas circulatorios. La diabetes puede afectar el flujo sanguíneo, esencial para la función sexual normal. En hombres, esto puede llevar a disfunción eréctil; en mujeres, a disminución de lubricación y sensibilidad.
Otro punto es el desequilibrio hormonal. La diabetes puede alterar los niveles de hormonas sexuales, contribuyendo a la disminución del deseo sexual.
En cuanto a los factores psicológicos, la depresión, la ansiedad y el estrés relacionados con el manejo de una enfermedad crónica pueden afectar el interés y el placer sexual.
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Estrategias para mejorar la vida sexual
Manejar estos efectos secundarios requiere un enfoque integral que incluya tratamiento médico, ajustes de estilo de vida y apoyo psicológico.
La base para reducir el impacto de la diabetes en la función sexual es mantener niveles saludables de azúcar en sangre. Esto implica seguir una dieta balanceada, rica en fibra, baja en azúcares simples y grasas saturadas; hacer ejercicios regularmente, ya que esto ayuda a mejorar la circulación y mantener un peso saludable, factores esenciales para el bienestar sexual.
Además, es importante el monitoreo frecuente de glucosa, lo que permite ajustes rápidos en el tratamiento.
Por otro lado, es crucial hablar con un médico sobre cualquier problema sexual. Algunas opciones de tratamiento suelen incluir medicamentos: los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, como el Viagra, pueden ser efectivos para los hombres; lubricantes y terapias hormonales pueden ayudar a las mujeres.
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También se recomiendan terapias para la neuropatía, para mejorar la salud de los nervios afectados. Cada caso deberá tratarse de cerca con el médico tratante.
El asesoramiento psicológico puede ayudar a manejar el estrés emocional. Algunas estrategias incluyen terapia de pareja, que promueve la comunicación abierta y comprensión mutua; y terapia sexual, ofrecida por profesionales especializados en problemas sexuales.
También serán necesarios cambios de estilo de vida, como dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. Ambos hábitos pueden exacerbar los problemas circulatorios.
Por otro lado, dormir bien mejora los niveles de energía y el estado de ánimo general, por lo que deberá estar en tu lista de prioridades.
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La disfunción sexual relacionada con la diabetes no es una sentencia de por vida y puede ser manejada exitosamente con una combinación de intervención médica, cambios en el estilo de vida y apoyo emocional.
Al abordar estos problemas de manera proactiva, las personas con diabetes pueden disfrutar de una vida sexual satisfactoria y gratificante. La clave está en reconocer el problema, buscar ayuda adecuada y adoptar un enfoque holístico hacia la salud y el bienestar.