Este esquema, ampliamente utilizado en economías de diferentes regiones, establece un objetivo numérico explícito de inflación. Bajo este modelo, el BCP se compromete a orientar sus herramientas de Política Monetaria hacia el cumplimiento de esa meta, priorizando la estabilidad de precios como un eje fundamental para el desarrollo económico sostenible.
La evidencia empírica internacional respalda la eficacia de este enfoque. Países que han adoptado las Metas de Inflación lograron reducir la volatilidad de los precios y fortalecer la credibilidad de sus autoridades monetarias para fomentar un entorno económico estable y predecible. Por mencionar, Chile, Colombia y México, que inicialmente adoptaron metas más altas, lograron ajustar sus objetivos hacia un 3% anual, evidenciando el éxito del esquema al cumplir metas más exigentes.
En Paraguay, el BCP había establecido en el año 2011 su primera meta de inflación en un 5% anual, con un rango de tolerancia de +/-2,5 puntos porcentuales. No obstante, tras resultados positivos, el Banco Central del Paraguay decidió en 2014 reducirlo a +/-2 puntos porcentuales y ajustar su objetivo a un 4,5% anual en 2015. La tendencia hacia metas más rigurosas continuó en 2017, cuando el Directorio había fijado la inflación en un 4% anual, manteniendo el rango de tolerancia.
Paraguay en el contexto regional
Antes del reciente anuncio oficial de reducción de la meta de inflación en 3,5% anual con un rango de tolerancia de +/-2 puntos porcentuales, Paraguay se encontraba dentro del grupo selecto de países con una meta de inflación del 4%, compartiendo este objetivo con economías como India, Guatemala, República Dominicana, Rusia y Armenia. Sin embargo, de una muestra de 46 países con metas de inflación, 27 tienen objetivos más bajos, lo que refleja el desafío regional y global para el país.
En América Latina, Paraguay y Uruguay se posicionaban entre los países con metas de inflación más elevadas, con un 4% y 4,5%, respectivamente. En contraste, otras economías de la región, como Chile, Colombia, Brasil y México, han logrado establecer metas en torno al 3%, reflejando su capacidad para mantener un entorno de precios más estable.
Desde el BCP recordaron que, en los últimos años, la inflación global aumentó debido a choques como los incrementos en precios de alimentos y energía. Paraguay enfrentó este escenario, alcanzando tasas de 6,8% en 2021 y 8,1% en 2022. Sin embargo, en 2023, la inflación descendió al 3,7%, destacándose por su rápida convergencia hacia la meta del 4%. El logro se atribuye a menores presiones externas, una Política Monetaria activa y expectativas alineadas con el objetivo. Para el cierre del año el Banco Central del Paraguay prevé que la inflación se mantenga por debajo del 4%, consolidando la estabilidad en los precios domésticos.
Por tanto, el desafío para Paraguay radica en avanzar hacia objetivos y acciones que sigan reforzando la credibilidad de su Política Monetaria, impulsando la confianza en su capacidad de gestionar la estabilidad económica a largo plazo del país.
Meta: 4% anual
En 2017, el directorio del Banco Central del Paraguay estableció como meta anual de la inflación 4% anual; más/menos 2 puntos porcentuales como rango de tolerancia.
3,5%, última meta
Según un reciente anuncio del BCP, la meta anual de la inflación se reduce al 3,5%, mientras que el rango de tolerancia será de más/menos 2 puntos porcentuales.
*Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.