En comunicación con ABC Cardinal este viernes, el comandante de la Policía Nacional, comisario Carlos Benítez, se refirió al reconocimiento que él mismo otorgó al comisario retirado Hermes García Balmaceda, quien cumplió una condena de 9 años por desviar dinero de la Policía que se debía usar para la compra de carne para comisarías y otra sentencia de 12 años por la fortuna que amasó cuando ocupó los principales cargos administrativos de la institución.
Hermes García Balmaceda llegó a ser director Administrativo de la Policía hasta que pasó a retiro en el año 2004, cuando completó los 30 años de servicio.
Llegó hasta el grado de comisario general inspector, de dos estrellas, lo que sería el equivalente a general de brigada del Ejército y la Fuerza Aérea o a un contraalmirante de la Armada, por ejemplo.
Estuvo preso ya después de pasar a retiro, pero por los hechos de corrupción cometidos cuando aún estaba en servicio activo.
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Fue un “reconocimiento” y no una “distinción” o una “condecoración”
El comandante actual Carlos Benítez dijo que lo otorgado a García Balmaceda no es una “distinción” o una “condecoración”, sino un “reconocimiento” entregado en el marco de una ceremonia de “recordación” de los 50 años del egreso de su promoción policial, que fue en 1974. También indicó que el mismo reconocimiento fue entregado a los otros camaradas de García Balmaceda.
Admitió que hay “consideraciones éticas” que pueden hacerse en torno al caso, pero insistió en que los términos “distinción” o “condecoración” no aplican.
Reconoció también que “amerita una verificación” de los filtros que deberían evitar que el comandante de la Policía quede en la incómoda posición de entregar un reconocimiento a una persona condenada y señaló que las listas de reconocimiento por aniversarios de promociones pasan por la Dirección de Talento Humano y el Departamento Jurídico de la Policía antes de llegar al comandante.
Sin embargo, dijo también que reconocimientos como el que recibió García Balmaceda solo no se entregan a personas que hayan sido condenadas por “crímenes contra los derechos humanos”.
Según la ley, todos los condenados deben ser dados de baja
A pesar de haber estado por mucho tiempo en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú y de que sus condenas quedaron firmes y ejecutoriadas, García Balmaceda nunca fue dado de baja, por lo que conserva su estado policial, es decir, que es un comisario general inspector retirado y no un excomisario.
El comisario general Hermes García Balmaceda y todos los otros policías activos o retirados que soporten condenas firmes y ejecutoriadas deben ser dados de baja automáticamente, al menos eso lo establece la ley 7.280 de Reforma y Modernización de la Policía Nacional que entró en vigencia este año 2024.
Esta es una ley orgánica que conserva la mayoría de los artículos originales contenidos en la ley 222 del año 1993 y en las modificaciones que se hicieron con la ley 5.757 el año 2016.
La ley orgánica actual de la Policía Nacional señala en el artículo 13 que “el estado policial se pierde por las siguientes causas: por pérdida de la nacionalidad o ciudadanía, por condena de inhabilitación para ejercer cargos públicos impuesta por sentencia firme y ejecutoriada, por condena a una sanción penal dispuesta por la justicia ordinaria por sentencia firme y ejecutoriada y por sanción disciplinaria de baja”.
Sin embargo, García Balmaceda nunca fue echado de la institución porque no hubo ningún comandante en todo este tiempo que se animó a plantearlo ante el Tribunal de Calificaciones, que es la instancia policial que dictamina estas sanciones y que envía las recomendaciones de baja al Poder Ejecutivo para que se emita el decreto correspondiente.
Hermes Enrique Argaña
El primer caso de un comisario general inspector que fue dado de baja pese a que ya estaba retirado es el de Hermes Enrique Argaña, quien fue mucho tiempo jefe de Antisecuestro y que llegó a ser director de la Cuarta Zona Policial, que administrabas las Jefaturas de Policía de Alto Paraná, Itapúa y Canindeyú.
Enrique (es su apellido, no su nombre) fue capturado el 8 de febrero de 2012 por la Senad en Minga Guazú cuando llevaba una carga de 5 kilos de cocaína hacia Ciudad del Este. Estaba con dos conocidos delincuentes de la época.
Cuando eso, el comisario general retirado Enrique fue dado de baja en solo tres meses, ya que el 11 de mayo del mismo año el Tribunal de Calificaciones de la Policía Nacional ya determinó su expulsión, que después fue oficializada con un decreto del 3 de agosto firmado por el entonces presidente de la República Federico Franco.
Francisco Alvarenga
Otro caso que podría llegar a ser histórico es el del excomandante de la Policía, comisario general comandante retirado Francisco Pastor Alvarenga Núñez, quien fue destituido de dicho cargo en 2015 y que también tiene un par de condenas por corrupción.
Alvarenga incluso fue recientemente fue intimado por el juez Carlos Mendoza para presentarse para cumplir una de sus condenas, en este caso la de 6 años, por el hecho punible de enriquecimiento ilícito.
Efectivamente, en la actualidad Alvarenga es uno de los reclusos de la Agrupación Especializada.
En teoría, él también debería ser dado de baja si el comandante actual se decide a cumplir la ley.
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Si es así, Alvarenga sería el primero que llega a ser comandante de la Policía y que después termina expulsado de la institución. Es decir, además de ser excomandante, sería también un expolicía.
“Soldado” de Santiago Peña
Volviendo al caso de Hermes García Balmaceda, luego de salir de la cárcel, este se unió al movimiento cartista Honor Colorado del Partido Colorado (ANR) y empezó a operar para el cartismo en su ciudad natal de Yuty, departamento de Caazapá.
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En el año 2022 fue uno de los anfitriones de Santiago Peña y Pedro Alliana cuando estos aún eran candidatos a presidente y vicepresidente, respectivamente, y visitaron Yuty. Durante un mitin político, García Balmaceda fue presentado como un “soldado” del ahora presidente de la República.