La víctima de este nuevo caso de violencia fue identificada como Eusebio González, de 77 años. Según relató su hija Andrea González, la agresión ocurrió el 9 de agosto en la ciudad de San Lorenzo y el sospechoso es un conductor de la Línea 2 San Miguel.
Aproximadamente a las 18:28 de ese día, su padre intentó bajar del colectivo, pero el chofer pasó de largo la parada por aparentemente estar jugando carrera con otro colectivo. Ese hecho motivó el reclamo de su padre y el chofer reaccionó con suma violencia.
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“Le dio un golpe en el estómago, mi papá se cayó del colectivo, porque ya frenó y estaba con las puertas abiertas. Reaccionó mal, al caerse del colectivo mi papá corrió y se tropezó, ahí ya directamente, a patadas, le entró, hasta dejarle inconsciente, se subió a su colectivo y se fue”, resaltó.
La joven contó que fueron los vecinos los que luego de un tiempo encontraron a su papá inconsciente, pues se encontraba en una zona oscura y esa noche hacía mucho frío. “Mi papá casi se murió, si no fuera porque la gente fue curiosa y se acercó para ver qué era el bulto, se iba a morir ahí”, lamentó.
Quedó con secuelas y se encuentra con su agresor con frecuencia
El informe médico indica que la víctima quedó con traumatismo facial y fractura de la mandíbula, golpes varios en todo el cuerpo y una grave lesión en el hombro izquierdo. “Él hasta ahora no puede mover el brazo, teníamos que operarle antes de los cinco días, peo no pudimos”, lamentó.
La joven señaló que su papá sigue con esa secuela y mucho dolor constantemente. “Ahora él siente mucho dolor, pide más medicamentos... Él era muy sano a pesar de tener 77 años, se iba a trabajar siempre, aunque sea solo por pasatiempo”, destacó y agregó que debido a este problema tuvo que dejar su puesto de venta de productos diversos.
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Agregó que pudieron identificar al agresor gracias a otro chofer, pero la agente fiscal todavía no incorpora su nombre a la carpeta y la carátula es solo lesión, por lo que piden la ampliación a lesión grave y omisión de auxilio. Hasta la fecha, el chofer sigue trabajando para la misma línea de transporte, por lo que su familia y su padre se ven forzados a abordar un colectivo bajo su mando con mucha frecuencia.
“Solo le suspendieron por un mes”, lamentó mientras ellos siguen costeando las secuelas de la agresión. En ese contexto, contó que la fiscala Dora Nohl les exige trámites con abogados y ellos ya no tienen recursos, por lo que esperan que la Defensoría del Pueblo pueda concederles la asistencia legal.