Los procesados ahora favorecidos son los supuestos empresarios deportivos Milciades Senén Cañete Grance (47 años de edad) y Víctor Pantaleón Valiente Piris (44), así como el futbolista Jonathan Darío Martínez Jara (24), últimamente en el club Atlántida de la tercera división, y las jugadoras Yamile Belén Caballero Peralta (23) y Romina Fabiola Rodríguez Alvarenga (32), del club Sol de América de la primera división, y Dahiana Katherine Recalde Coronel (29), del club 2 de Mayo de la primera división.
Los seis citados abandonaron en el transcurso de la semana pasada el departamento Antisecuestro de la Policía, donde estaban desde el 28 de octubre pasado, cuando fueron detenidos en una serie de allanamientos en el marco de la operación BET.
Todos están imputados por cuatro hechos punibles, que son: coacción, asociación criminal, estafa y trasgresión a la Ley 980 que castiga los amaños deportivos.
Esta norma nunca antes había sido utilizada en el sistema de persecución penal de nuestro país, pese a que estaba vigente desde 1964.
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El supuesto cerebro está prófugo
La investigación es dirigida por el fiscal de Antisecuestro Federico Tadeo Delfino Ginés, y se enfoca en una estructura comandada supuestamente por el exfutbolista y actual representante de jugadores y gerenciador Luis Esteban Cañete Torres (31), quien se halla prófugo desde que fue cateada su casa en Lambaré el mismo día en que cayeron los otros procesados.
El Loco Cañete, como conocen al supuesto jefe de la banda, era supuestamente el financista de la organización, es decir, el que pagaba montos desde 1.500 dólares por partido a los futbolistas varones y mujeres que aceptaban ir a menos o cometer deliberadamente algunas infracciones que previamente eran anticipadas ante casas de apuestas de Paraguay y del extranjero.
Lo que el grupo hacía era, por ejemplo, apostar que durante un determinado partido de la APF se iba a cometer un penal antes del término del primer tiempo, por citar uno de los casos.
Y, efectivamente, los jugadores o jugadoras que previamente ya habían aceptado los sobornos cometían las infracciones para que las casas de apuestas pagaran a los apostadores, que así obtenían ganancias muy superiores.
El caso fue descubierto luego de que un jugador del club Atlético Colegiales de la segunda división denunciara que intentaron sobornarlo para que fuera a menos en un partido contra el club Atlético Tembetary.
Ahí empezó la investigación de la Policía, Fiscalía y APF.