La operación Fénix de la Senad se llevó a cabo entre el miércoles y el jueves últimos en una propiedad del barrio Aguapey de Limpio, que fue intervenida por agentes especiales de la Dirección de Inteligencia, dependientes de la Dirección General Antidrogas.
El inmueble pertenece al suboficial de la Fuerza Aérea Miguel Ángel Ramírez Núñez, de 41 años, quien de momento no está detenido, pero que sí podría ser imputado.
El vocero de la FAP, mayor Hernán Dioberti, dijo que no puede revelar en qué unidad presta servicios el suboficial Ramírez porque no tiene autorización del comandante de dicha fuerza, general del Aire Julio Rubén Fullaondo Céspedes.
Los agentes de la Senad corroboraron que el suboficial Ramírez levantó en el fondo de su casa un tinglado que servía de taller de aviación que operaba de manera totalmente irregular, según la explicación que recibió el fiscal de Crimen Organizado, Christian José Ortiz Riveros, de parte de los técnicos de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) que acompañaron el procedimiento.
Encontraron el fuselaje de una avioneta
Los antidrogas encontraron en el taller el fuselaje de una avioneta Cessna 206 que estaba siendo rearmada.
La nave operaba originalmente en Paraguay con la matrícula ZP-BOB, hasta que el 28 de enero de 2017 se estrelló cerca de la cabecera de la pista de aterrizaje de la Fuerza Aérea, en Luque.
La avioneta pertenecía a la escuela de paracaidismo Sin Límites y cayó cuando estaba despegando con un piloto y cinco alumnos que pretendían hacer un salto.
Afortunadamente, todos sobrevivieron. Sin embargo, después de ese accidente la Dinac dio de baja la máquina, por lo que su restauración que estaba en proceso en el taller del militar era ilegal.
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El mecánico de la Fuerza Aérea también fue sorprendido en posesión de un motor y varios otros costosos repuestos de avión que fueron comprados aparentemente de manera clandestina, ya que no tienen trazabilidad que exige la Dinac.
La sospecha inicial
La información que recibió la Senad, y por ende la que llevó al fiscal Christian Ortiz a pedirle una orden de allanamiento a la jueza Lici Sánchez, consistía en que el militar Miguel Ángel Ramírez Núñez estaba reconstruyendo una avioneta para ser entregada a una banda de narcotraficantes bolivianos.
De hecho, a los intervinientes les llamó la atención las inversiones que hizo el mecánico de la Fuerza Aérea en su casa y taller, que no serían compatibles con el sueldo que cobra como suboficial.
De momento, el militar permanece en libertad, mientras se analiza qué hecho punible se le puede atribuir, teniendo en cuenta que oficialmente la avioneta no llegó a tomar vuelo.
Los antidrogas también fueron advertidos de que el personal de la Fuerza Aérea venía trabajando en su taller desde hace al menos tres años y que ya reconstruyó varias otras avionetas que después desaparecieron del radar de la Dinac.
En su descargo, el militar dijo que efectivamente él se dedica a comprar avionetas siniestradas, como chatarra, y que luego las restaura para la venta.
Sobre esta máquina que estaba reconstruyendo, refirió que le costó 40.000 dólares.