Este proceso se inició a partir de una intervención realizada el 7 de diciembre del año 2016, cuando agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas allanaron una casa en Villa Elisa, donde se incautaron 308 kilos de cocaína, lo cual derivó en la aprehensión de ciudadanos paraguayos y mexicanos. Los intervinientes habían mencionado que de por medio estaba el cártel de Sinaloa. pero esto nunca se plasmó en el expediente..
Tras la intervención, la fiscala Zully Figueredo ordenó la detención del abogado Hernán Liseras, quien también era despachante de aduana y que en tal función había recibido dinero (US$ 130.000) proveniente de México para la instalación de una curtiembre en Paraguay, pero que para los intervinientes fue en realidad una fuente de financiación de la droga.
Liseras fue contratado para ese menester por el paraguayo Reinaldo Miranda Figueredo para realizar gestiones.
El abogado había explicado que el diputado Roberto Eudes González Segovia (ANR Añetete), fue quien recomendó que Miranda lo contactase.
Acusado sin imputación
En principio, Liseras fue imputado por la fiscalía antidrogas por tráfico internacional de estupefacientes y asociación criminal. Estuvo durante 14 meses,
Sin embargo, tras las investigaciones, Liseras fue desvinculado de la imputación de tráfico de drogas y fue la misma Fiscalía la que solicitó su sobreseimiento definitivo de este hecho punible, lo que fue admitido por el entonces juez penal de garantías Paublino Escobar.
Empero la Fiscalía, al sostener que no incurrió en tráfico de drogas, lo acusó por lavado de dinero y asociación criminal.
Liseras quien dijo que desde un primer momento se puso a disposición de la Justicia, afirmó que es inexplicable que haya sido acusado por estos hechos punibles, sin que le hayan imputado previamente.
Liseras fue condenado a dos años de prisión con suspensión de la condena. La condena fue dictada por los jueces Alba González (presidenta), Víctor Alfieri y Gloria Hermosa, que no tuvieron en cuenta el tiempo que ya estuvo en prisión.
Secuestrado por la justicia
“Al ser sobreseído por tráfico internacional de estupefacientes como crimen principal, luego absuelto del tipo pena de lavado de dinero y posteriormente condenado por asociación criminal , carece de sentido la condena pues al ser liberado de tales tipos penales ¿con quién me asociaría criminalmente? pues es imposible operativizar este tipo penal de manera individual, sin el concurso tipos penales principales como los citados más arriba”, cuestionó.
Explicó que el expediente se halla actualmente en el Tribunal de Apelación en lo Penal Primera Sala y que “tales autos fueron auditados por el Consejo de Superintendencia, que a pesar de reiterados pedidos de copias de lo auditado, dicha dependencia a la fecha no se expide sobre mi requerimiento”.
Liseras indicó que todo lo ocurrido le causó enormes perjuicios particulares y profesionales.
“Es evidente que desde el inicio de la causa hasta la fecha , me constituyo en una suerte de víctima de una suerte de secuestro materializado por todo el sistema de administración de Justicia”, concluyó.