Según el Ministerio de la Defensa Pública Pedro y Fernando, trabajaban en la reparación de la nueva casa. Fernando es hijo del matrimonio anterior de Águeda. Pedro es el tío de Fernando y hace trabajos de albañilería.
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Una calurosa tarde de marzo, los 4 estaban en la vivienda mientras estos dos últimos reparaban las habitaciones. En ese instante, Henrique y Águeda iniciaron una intensa discusión, con golpes de por medio.
Pedro intentó separar a la pareja, pero Águeda lo agredió. Frustrado por no poder apaciguar la rencilla le dijo a Fernando que iba a retirarse del lugar y regresar en la mañana del día siguiente a continuar con los trabajos. Fernando tampoco quiso quedarse, así que acompañó a su tío hasta la casa del mismo y se quedó con él hasta el día siguiente.
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Horas después, fuertes gritos se escucharon desde la casa. Nicolás, vecino de la pareja, llamó al 911 para que interviniera ya que se dio cuenta que los gritos estaban acompañados por el llanto de la mujer.
La policía llegó al lugar y encontró a Águeda sentada con la cabeza agachada, cubriéndose el rostro, llorando y diciendo: -Está muerto. Henrique, está muerto.
Tendido en el suelo de la casa, con el cuerpo desnudo, envuelto en una sábana manchada de sangre, encontraron al hombre. Aparentemente, un brutal golpe en la cabeza lo dejó sin signos de vida.
Estuvo 8 meses privada de libertad como principal sospechosa
La policía dio aviso a la fiscalía que llegó hasta el lugar para constatar el hecho. Águeda -como principal sospechosa-, fue aprehendida y acusada por la muerte de su pareja.
A Águeda la privaron de su libertad y en su defensa, el abogado Milder Caballero la asistió y representó. En el juicio oral y público, el defensor presentó las pruebas y evidenció la falta de certeza en la autoría material del hecho e instaló la Duda Razonable ante el Tribunal.
La falta de credibilidad contundente de las pruebas hizo que la acusación Fiscal no prosperara.
Ahora el Tribunal determinó la existencia del hecho, pero no así la autoría de la asistida y resolvió absolver de reproche y pena a Águeda, ordenando su inmediata libertad, luego de haber permanecido 8 meses recluida en la Penitenciaría de mujeres de Ciudad del Este.