Esta mañana, agentes policiales y fiscales llevan a cabo dos allanamientos simultáneos en el marco de la investigación por la estafa de una playa de autos. Se están realizando intervenciones en dos viviendas que pertenecen al juez de Paz del Juzgado de Nueva Asunción, Jorge Adolfo Franco Garelik.
Una de las viviendas se encuentra ubicada en la localidad de Villeta, en un camino que conduce a Ypané. Según las imágenes compartidas, sería la casa de verano del magistrado y posee algunas características de un castillo, con almenas y torres del mismo estilo.
Incluso se encontró una sorprendente espada de colores dorado, plateado y rojo, con el símbolo de la masonería en la empuñadura.
Este operativo está a cargo de la fiscala Lourdes Bobadilla, quien incautó numerosos documentos relacionados a la causa.
Paralelamente, se llevó a cabo hoy un allanamiento en otra vivienda, en el barrio Hipódromo de Asunción, donde actualmente residen el magistrado y su pareja, quienes recibieron a los intervinientes, según comentó a ABC TV la fiscala Gladys González.
Los intervinientes no hallaron evidencias relacionadas a la investigación en la vivienda de la capital, afirmó la agente del Ministerio Público.
Más de 70 víctimas
Franco Garelik y la actuaria Gabriela Noemí Gaona fueron imputados por prevaricato y asociación criminal. Según las investigaciones, ambos formarían parte de un esquema de estafas en complicidad con una playa de autos de Lambaré.
Los funcionarios judiciales firmaban las órdenes de secuestro de automóviles cuando los compradores tenían apenas un solo día de retraso en el pago de sus cuotas.
“Ellos vendían los vehículos a contrato privado, con entrega financiada, y si (los compradores) se retrasaban con una o dos cuotas se presentaban juicios ejecutivos en el juzgado de paz (...) Juicios breves sin participación de la defensa y directamente sacaban un embargo de secuestro del vehículo”, explicó la fiscala González.
En el primer operativo, llevado a cabo en el Juzgado de Paz de Chaco’i, se encontraron documentos de 69 órdenes de secuestro, pero se cree que hay numerosas víctimas más.
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