Las víctimas del violento golpe fueron el comerciante Diego Marcelo Méndez Jara (35), su esposa Alizandra Elizabeth Otazú Benítez (31) y sus tres hijos, todos menores de edad, propietarios del establecimiento “Méndez Comercial “, dedicados al rubro de ramos generales y al alquiler de utensilios, mesas y sillas para acontecimientos.
De acuerdo con los datos recabados por los efectivos del departamento de Investigaciones de Itapúa, alrededor de las 02:30 de hoy, cuando los miembros de la familia ya estaban descansando en sus respectivas habitaciones, alrededor de seis maleantes todos ellos encapuchados y con guantes de hule llegaron hasta la residencia a bordo de un auto, presumiblemente de color gris. Aparentemente, dos quedaron en frente para vigilar y el resto irrumpió en el interior de la casa, tras romper los seguros de la puerta trasera con una palanca de hierro.
El propietario de la vivienda fue despertado abruptamente por los ruidos que hicieron los intrusos al romper una segunda puerta y cuando se levantó para ver lo que ocurría, uno de los criminales lo redujo con un tremendo golpe en la cabeza, lo que casi le hizo perder el conocimiento.
Luego, los desconocidos juntaron a todos los miembros de la familia en un sitio, mientras comenzaron a revolver los muebles en busca de dinero; fue así que se alzaron con unos G. 50.000.000, producto de las ventas del largo fin de semana. Los maleantes también se tomaron algunos objetos de valor, pero cuando iban a continuar revolviendo la casa, aparentemente uno de los vecinos se percató de lo que estaba ocurriendo y desde su patio efectuó disparos sobre la casa atacada.
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Esto obligó a los intrusos a encerrar a las víctimas en una de las habitaciones y luego abordaron un auto Toyota Allion blanco y una camioneta Toyota Hilux negra que estaban en el garaje, que también se llevaron.
Sin embargo, un grupo de vecinos los persiguió a tiros y agentes de la comisaría jurisdiccional rápidamente se sumaron a la corrida, lo que obligó a los asaltantes a abandonar la Hilux y proseguir la huida en los dos autos, el que ellos trajeron y el auto de las víctimas. Los criminales también se llevaron la memoria del circuito cerrado con que cuenta la propiedad atacada.