La Organización de las Naciones Unidas (ONU) divulgó hace algunas semanas un informe sobre sus 193 estados miembros, el cual identifica a los países peor puntuados en la lucha contra el crimen organizado. Myanmar (Birmania) encabeza el ránking, seguido por Colombia, México, Paraguay y el Congo.
El máster en Criminología, Política Criminal y Seguridad Juan Martens habló en ABC Cardinal y señaló que se está observando un factor cultural en cuanto a la problemática sobre el narcotráfico.
“Pensemos en la cultura, en la aceptación. En estos días va a venir a cantar Peso Pluma (artista mexicano), que tiene música que hace alarde de matar gente, que nadie le atrapa y que él es el patrón, y llena estadios. Uso como ejemplo porque es una cuestión cultural, ya está normalizado, es aspiracional lo narco y eso sí es bastante problemático porque la gente ve con posibilidades de movilización social involucrarse en estas cadenas y ve el riesgo bajo porque la impunidad es alta”, dijo.
Agregó que lo narco no solamente es una problemática institucional del Estado, sino también ya tiene un tinte cultural. “Es una mezcla de factores sociales, culturales e institucionales y vemos gente que progresa a través del narco y hasta se convierten en diputados y senadores. Entonces, es un mensaje que se envía como sociedad que tal vez se tenga éxito, no hay esa certeza jurídica de que la Justicia te va a atrapar y sacar lo que tenés. Incluso, la gente ve como un riesgo tolerable que vayas un tiempo preso y luego salgas a disfrutar aquello que acumulaste”, continuó.
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“Se hace poco” en lucha contra el crimen organizado
Por otro lado, Martens señaló que el resultado del informe de la ONU, que fue elaborado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, “es el reflejo y la visibilización de lo que se ve en los últimos años” en nuestro país. Esto, según indicó, debido a que se “está haciendo poco” en cuanto a la lucha contra este flagelo.
Para cambiar esta realidad se necesitan cosas básicas, como el control del tránsito aéreo, en los puertos y combatir la corrupción institucionalizada, según indicó. Añadió que además se requiere una fiscalización de bienes de jueces, fiscales y policías que operan en frontera. “A pesar de ciertos andamiajes institucionales y legislativos, no tenemos resultados en la práctica”, dijo.
También resaltó que la problemática de la narcopolítica debe seguir en el debate para hallar soluciones. “El gran problema en esto es que socava las bases de la democracia. Un político no puede competir en condiciones igualitarias con otro que tiene dinero del narco. Ese es el problema y que se ve en distintos departamentos del país que nos mandaron representantes narcos -incluso del PCC- y hoy están sentados en el Congreso. Es escandaloso y debemos seguir hablando de esto si no queremos que siga aumentando y que nuestro país se convierta en una marioneta de narcotraficantes”, dijo.
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Paraguay, “un festival de narcoavionetas”
El experto en criminología, asimismo, hizo énfasis en el control aéreo. En ese sentido, señaló que -si bien no es una solución definitiva- se debe contar con la ley de derribo de aviones, cuyo proyecto había sido rechazado en el Congreso.
“Nuestro país es hoy un festival de las narcoavionetas. Más allá de que existan presiones, el Parlamento es responsable de que se aprueben. Brasil tiene su ley de derribo y con eso combate un poco. Tampoco es la solución, pero forma parte del conjunto de medidas que se debe tomar”, dijo.
En relación al informe de la ONU, la cadena internacional BBC Mundo identificó ocho factores que hicieron que el Paraguay pase del puesto Nº 16 en 2021 al Nº 4 en 2023:
- La mayor vigilancia en los puertos de Argentina y Brasil.
- El uso de la hidrovía Paraguay-Paraná para mover droga hasta Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
- Paraguay pasó de ser el primer productor de marihuana de Sudamérica a uno de los principales distribuidores de cocaína, pese a no producirla.
- La llegada a nuestro país del grupo criminal brasileño Primer Comando da Capital (PCC).
- La “narcopolítica”.
- Nulos controles y frontera porosa.
- Tráfico de armas.
- Tabaco y productos falsificados financian actividades criminales.