El interno ultimado en la cárcel del barrio Tacumbú fue José Carlos Giménez, de 35 años, alias Checho o Checho’i. Fue muerto de una puñalada en su abdomen.
Ese preso cumplía desde 2014 una condena de 12 años por asalto. Debía completar su sentencia el 2 de enero de 2026, pero justo en las últimas semanas ya estaba gestionando salidas transitorias o libertad condicional.
Su fallecimiento se produjo el martes a las 20:30, cuando aparentemente se negó a sumarse al motín generado por el Clan Rotela.
Su deceso fue comunicado a la familia esa misma noche por su hermano menor, Enrique Fabián Giménez, de 26 años, alias Fabi, también recluido en Tacumbú, con una pena de 10 años por tentativa de homicidio.
El reo ahora fallecido y su hermano aún recluido son oriundos del barrio Cambala de Asunción (cerca de la calle Gral. Santos). Dos de sus hermanas se acercaron ayer al amanecer al penal de Tacumbú para pedir les sea entregado el cuerpo, pero hasta ese momento las autoridades penitenciarias seguían negando el crimen.
Recién después del mediodía el Clan Rotela “liberó” el cadáver y se informó oficialmente el homicidio.
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Giménez era uno de los 2.763 presos de Tacumbú
Giménez, alias Checho, era uno de los 17.522 reclusos mayores de edad que hay en Paraguay, uno de los 2.763 prisioneros de Tacumbú, pero parte de los 1.500 aproximadamente de dicho penal que no comulgan con las acciones del Clan Rotela.
Superpoblar el penal de Tacumbú
El amotinamiento del martes justamente se inició porque el Clan Rotela descubrió que el Gobierno estaba extrayendo sistemáticamente del penal a cientos de integrantes de la facción, en el marco a su vez de una estrategia sugerida por la Policía, consistente en dejar la cárcel con 1.500 reos.
Resulta que recién con esa cantidad de presos la Policía se animaría a tomar Tacumbú, se informó.
El operativo se haría con al menos 4.000 hombres, con el objeto principal de extraer o neutralizar al líder del clan Rotela, Armando Javier Rotela Ayala, de 41 años de edad, quien cumple una condena de 27 años.
Este se halla atrincherado desde hace años en el pabellón D, adonde nadie llega si él no lo autoriza, ni siquiera los directores de turno de la penitenciaría.
El Gobierno entiende que el traslado o la muerte de Rotela dejaría desgobernado su grupo, que no tiene al menos visiblemente un “segundo al mando”.
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Una de las condiciones impuestas por Armando Javier Rotela al Gobierno para desactivar la revuelta del martes fue precisamente el traslado inmediato a Tacumbú de los 80 presos que estaban en el departamento Judicial de la Policía, como para que el clan vaya recuperando fuerza operativa.
El Gobierno pidió 30 días de tiempo y el Clan Rotela emplazó por 15 días para que se cumpla.
Entre esos 80 presos que ya tienen orden de remisión a Tacumbú se encuentra Mario Almada Martínez, de 23 años, alias Trueno, quien fue detenido el domingo de noche en el barrio Sajonia por policías de Investigaciones de Asunción, quienes indagan el atentado a tiros del 30 de agosto último contra Venancio Valentín Domínguez Morel, más conocido como abogado Leopardo.
Trueno además tiene en contra procesos por narcotráfico y homicidio. Sería un hombre de confianza de Armando Javier Rotela y el que podría organizar la resistencia ante un operativo policial anunciado por el ministro de Justicia, Ángel Barchini.