El ataque ocurrió alrededor de las 13:00 de ayer, cuando seis agentes de la Oficina de Investigaciones que funciona en el Kilómetro 35 de Ybypytã fueron rodeados y luego reducidos por unos 50 hombres liderados por Felipe Santiago Acosta Riveros, alias “Macho”, que llegaron en al menos siete camionetas al lugar donde sus efectivos realizaban trabajos de inteligencia en la zona de la colonia Brítez, cerca de la reserva natural Mbaracayú.
Durante el operativo, divisaron una camioneta Toyota Fortuner que presuntamente había sido denunciada como robada y se acercaron, pero junto al vehículo se encontraba un concejal municipal de Ybypytã, quien les avisó que se retiraran y que ya todos los jefes de comisaría habían sido pagados.
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Fue entonces que hicieron su aparición un grupo de al menos 50 hombres fuertemente armados con fusiles y escopetas, distribuidos en al menos siete camionetas, tres de las cuales estaban provistas con fusiles antiaéreos.
En medio del grupo salió Felipe Santiago Acosta Riveros, alias “Macho”, quien les ordenó a todos los agentes policiales arrojarse al piso.
Amenazas con disparos
Los investigadores obedecieron, a excepción de dos que permanecieron de pie y en tono amenazante, “Macho” ordenó a sus hombres que efectuaran disparos de amedrentamiento.
Posteriormente, como los dos agentes se negaban a tirarse al suelo, ordenó a uno que disparara a en el brazo uno de los uniformados que estaba reducido, a lo que obedeció. El efectivo policial herido resultó ser el suboficial mayor Rodolfo Espinoza.
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Los agentes que permanecieran de pie les pidieron que los dejara ir para trasladar al efectivo herido a un centro asistencial. “Macho” asintió al pedido y les amenazó que si volvían otra vez por su zona, les iba a aniquilar.
Cambios tras informe maquillado
Cuando llegaron a la base, le informaron del procedimiento al jefe de la unidad, Crio. Princ. Reinaldo Delgado Arce. Sin embargo, este último presentó un informe totalmente diferente a lo acontecido, obviando ciertos elementos como que el sicario les había avisado que paga a todos los jefes de comisaría para operar con su grupo y que fueron tomados de rehenes.
El comandante de la Policía Nacional, Crio. Gral. Carlos Humberto Benítez González, destituyó al Crio. Princ. Delgado de su cargo y lo sustituyó por el Crio. Princ. Hugo Grance.
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Asimismo, hizo lo propio con el director de Policía de Canindeyú, Crio. Gral. Víctor Ángel Tandi Vargas, quien fue reemplazado por el Crio. Gral. Sebastián Ramírez.