Desidia y hacinamiento en Tacumbú: así de sucia e insalubre es la vida de los presos

La situación deplorable en que se vive dentro de la Cárcel de Tacumbú no es ningún secreto y hasta ha sido demostrada en una serie de Netflix. El defensor del Pueblo, Rafael Ávila, visitó ayer las instalaciones y logró capturar fotos de la manera insalubre en que se maneja la cocina y todo el establecimiento penitenciario. Además, denunció que el único médico previsto para los 3.000 presos estaba de vacaciones y no había reemplazo. “Es una bomba de tiempo”, enfatizó.

Las condiciones en las que viven las personas privadas de su libertad no son las indicadas para personas con enfermedades de salud mental.Gentileza, Defensoría del Pueblo,
audima

A raíz de una denuncia sobre la violación de derechos humanas, recibida por parte de los reclusos de la cárcel de Tacumbú, el defensor del Pueblo, Rafael Ávila, encabezó ayer una visita a dicha penitenciaría, acompañado de funcionarios de la Dirección General de Asesoría Jurídica y la Dirección General de Control de Garantías Procesales.

El hacinamiento es sumamente terrible, los internos están expuestos a todo tipo de enfermedades. Debe designarse con urgencia más personal para el área de salud, actualmente cuentan con un médico para atender una población que supera las 3.000 personas. Tampoco cuentan con medicinas suficientes, ni con la logística médica necesarias”, resaltó el defensor.

Esta es la cocina de la cárcel de Tacumbú, donde los reclusos cocinan con los limitados recursos que tienen.

Ávila hizo énfasis en que el único doctor de la cárcel está de vacaciones y no se previó ningún remplazo para atender en casos de urgencia.

En pocas palabras Tacumbú en las condiciones como está es una bomba de tiempo, hablando de eso las instalaciones eléctricas están obsoletas, puede provocarse un incendio allí porque el sistema eléctrico es totalmente obsoleto y no cuentan con generador”, denunció.

Sirven en baldes de pintura

Ya en una serie de Netflix se había demostrado que la manera en que se sirven los alimentos de la penitenciaría es deplorable, pues la comida es deficiente y los reos ni siquiera tienen platos. Algunos piden que se les sirva aunque sea entre las manos, para tener algo que comer ese día.

La cantidad de recipientes para alimentos en la cárcel de Tacumbú es insuficiente, por lo que se improvisan baldes viejos para servir las comidas de cada día.

La calidad y cantidad de los alimentos es deficiente y no presenta buen aspecto. Pudimos constatar las pésimas condiciones deplorables en la preparación y posterior distribución de dichos alimentos”, reiteró hoy el defensor del Pueblo.

Contó que ayer el menú era poroto con fideo, que fue preparado en cacerolas lavadas con mangueras y luego distribuida en viejos baldes de pintura, a falta de más recipientes.

En Tacumbú hay solo un médico para atender a los 3.000 reos que están expuestos a todo tipo de enfermedades.

Faltan guardias y cámaras

Ávila también constató que hay una cantidad insuficiente de guardias que puedan controlar a los 3.000 reos que viven hacinados. Así también, el penal cuenta con tan solo 23 cámaras de vigilancia.

Otra de las deficiencias está relacionada a la falta de documentación y legajos con la situación procesal de todos los reos. Según lo informado por la Defensoría, varios expedientes no cuentan siquiera con la fotografía del recluso.

Por este motivo, al cierre de cada turno los guardias tienen que hacer un conteo de los reclusos por pabellones, es decir, los reclusos deben de enumerarse para comprobar la presencia de todos.

Imágenes capturadas durante la visita del defensor del Pueblo, Rafael Ávila, a la cárcel de Tacumbú.

Falta de políticas de reinserción

Ávila aprovechó para destacar que se tiene que implementar una política de reinserción social para que las personas privadas de su libertad tengan oportunidades laborales y no se vean tentados a caer en la delincuencia de vuelta.

“Eso significa trabajo de sicólogos que tienen que estar trabajando con los internos y ver la posibilidad de establecer alguna enseñanza y práctica de profesiones que le pueden permitir después al interno al salir emprender un nuevo trabajo”, señaló.

Aseguró en ese sentido que la Defensoría del Pueblo está luchando por el cumplimiento de los derechos humanos de las personas privadas de su libertad. “También queremos contribuir dentro de la limitación de nuestros recursos, con el descongestionamiento de los institutos de reclusión de tal forma que sea viable la protección de la sociedad y la reinserción social del individuo condenado por nuestro sistema penal”, finalizó.

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