El 14 de noviembre pasado, un buque zarpó del puerto Caacupemí de Asunción llevando un contenedor repleto de carne congelada -donde se detectó la carga de cocaína- del frigorífico Beef Paraguay SA, que a su vez funciona en la ciudad de Belén, departamento de Concepción.
El contenedor debía pasar por los puertos de Montevideo, en Uruguay; Amberes, en Bélgica, y San Petersburgo, en Rusia, país que era el destino final de la carne.
Efectivamente, la embarcación llegó el 21 de noviembre al puerto de Montevideo, en Uruguay, donde al ser revisado el citado contenedor se detectó una inconsistencia en la forma interna.
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Al ser abierto, a simple vista y mal acomodados se encontraron seis bolsas marcadas con una cruz. La seña estaba hecha con pintura en aerosol roja.
Las autoridades aduaneras de Uruguay avisaron a las de Paraguay y se inició la investigación en nuestro país.
Investigación de carga de cocaína arroja tres sospechosos
La causa es dirigida por el fiscal de la unidad Antidrogas, Osmar Segovia, y ejecutada por agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
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Tras una semana de investigación, la Senad y el fiscal Segovia identificaron a tres presuntos implicados en el envío de la cocaína, quienes actualmente están prófugos.
Uno de ellos resultó ser Víctor Ramón Sanabria Oporto, de 46 años, quien llegó a ser intendente de Belén y que es el dueño de la empresa transportadora que contrató el frigorífico Beef Paraguay SA para llevar su carne de Belén a Asunción.
Los otros dos son Adelio Fretes García, de 53 años, y su sobrino Cándido Javier Fretes, de 28 años, dueños del camión utilizado para llevar la carne, en un servicio subcontratado por la transportadora de Víctor Ramón Sanabria Oporto.
La investigación descubrió que ese camión con la carne de Beef Paraguay SA que salió de Belén y que debía llegar a Asunción, en realidad, hizo una parada en un depósito de la ciudad de Emboscada, en el departamento de Cordillera, donde aparentemente fue contaminado con la carga de 653 kilos de cocaína.
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El depósito utilizado pertenece justamente a Adelio Fretes García, quien ya cayó con cocaína en 1998 y en 2004, según la Senad.
Al ser allanado su depósito, la comitiva encontró vestigios de que en el lugar fueron pintadas con aerosol rojo las bolsas cargadas con cocaína.
Un elemento que delató a la banda es que para cargar los 653 kilos de cocaína al contenedor debían haber sacado de adentro otros 653 kilos de carne, para que el peso en la báscula no fuera diferente.
Sin embargo, porque estaban tan apurados o porque simplemente son descuidados, los traficantes retiraron solo 300 kilos de carne, por lo que cuando el contenedor llegó al puerto ya había una diferencia de peso con relación a la declaración original del frigorífico.
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El otro caso, idéntico
Casi en simultáneo a la investigación en Paraguay por la carga de 653 kilos de cocaína que cayó el 21 de noviembre en Uruguay, la Aduana de Bélgica informó que el 16 de noviembre pasado también confiscaron otros 648 kilos de cocaína que llegaron al puerto de Amberes.
En ese caso, la cocaína también estaba dentro de un contenedor con carne congelada del frigorífico Beef Paraguay SA que fue enviado el 7 de octubre pasado desde el mismo puerto Caacupemí de Asunción.
Así como las que cayeron en Uruguay, las bolsas contaminadas que se encontraron en Bélgica estaban pintadas con una cruz con aerosol rojo.
Estos elementos hacen suponer que ese alijo capturado en Bélgica fue enviado por la misma organización que aparentemente conforman Víctor Ramón Sanabria Oporto, Adelio Fretes García y Cándido Javier Fretes.