Según los jefes policiales que encabezan la presencia policial, en la fecha se percibe una absoluta calma en la zona donde ayer fallecieron dos personas y una tercera fue gravemente herida. El propio subcomandante de la Policía Nacional, comisario Baldomero Jorgge Benítez, y el director de Policía de Canindeyú, comisario Elber Franco, están en la zona, analizando la situación y organizando las estrategias futuras para evitar nuevos conflictos.
En dicha zona están establecidos dos grupos distintos de presuntos campesinos: uno de ellos denominado “Comisión Naranjaty”, liderado por los hermanos Castro (Néstor y Adalberto). El otro bando tiene como denominación “Asociación de familiares de víctimas de Marina Cue”, que a su vez es liderado por Martina Paredes y Darío Acosta.
Las muertes registradas ayer fueron producto del atropello que el grupo de los hermanos Castro realizó en la zona donde están asentados los seguidores de Martina Paredes y Acosta, con la intención de expulsarles del lugar y ubicar a sus seguidores en los lotes “recuperados”.
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Así estalló el conflicto
La operación de los Castro se inició el pasado lunes, pero ayer, jueves, cuando llegaron hasta la derechera de Osmar Benítez y Martina Paredes con la intención de expulsarles, estos se habían resistido.
Según los datos, el mismo les esperó con escopeta en la mano, junto con otras personas igualmente armadas, y cuando la discusión subió de tono empezó la balacera.
Cayó herido primeramente Demecio Rojas Ríos, de 41 años, miembro del sector de los Castro. En el mismo acto también recibió impactos de bala Osmar Benítez Martins (del grupo de Paredes y Acosta), quien también terminó falleciendo en el Hospital de Curuguaty.
Una vieja historia
El litigio por las tierras de Marina Cue es de larga data. Los hermanos Castro se atribuyen la condición de ser los legítimos herederos del lugar y de albergar a los verdaderos campesinos, acusando a la comisión de familiares de Marina Cue de comercializar tierras a brasileños y comerciantes.
Según el director de Policía, Elber Franco, se teme que la situación de ahora en adelante se polarice aún más y se den nuevas escaramuzas mortales entre las dos bandas rivales. También preocupa la posibilidad de que la situación se replique en otros asentamientos de la zona, donde igualmente existen grupos armados confrontados.
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No hay orden de detención
Sin embargo, por de pronto, no se ha librado ninguna orden de detención contra los presuntos responsables de las dos muertes de ayer por parte del fiscal de la causa, Lucrecio Cabrera. Se presume que Néstor Castro y un grupo de personas armadas de su grupo se escondieron en un monte cercano tras el hecho de ayer, señaló Franco.
En los distintos asentamientos de Curuguaty, Yby Pytá y Yasy Cañy actúan líderes campesinos radicalizados que provienen de los tiempos de la masacre de Curuguaty y que estarían armando a los campesinos para resistir a cualquier intento de desalojo. Uno de esos lideres es Rubén Villalba, condenado por la muerte de policías a más de 30 años de cárcel, pero que luego recuperó su libertad por decisión de la justicia.