Jefe del clan Díaz está mal herido, pero aún fugitivo

La Policía confirmó ayer que Cristino Díaz Méndez, de 44 años, se encuentra mal herido y que incluso recibió transfusión de sangre luego del enfrentamiento del martes de noche en la colonia Brítez Cue de Canindeyú, donde fueron abatidos otros siete narcosicarios de su banda.

Cristino Díaz Méndez, líder del clan Díaz que fue desarticulado.
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COLONIA BRÍTEZ CUE, departamento de Canindeyú (Rosendo Duarte, corresponsal). La Policía atropelló ayer una casa de esta colonia, que corresponde al distrito de Yby Pytã, donde se refugió por unas horas el fugitivo Cristino Díaz Méndez (44), líder del clan Díaz, que fue desbaratado el martes de noche por policías de Investigaciones con la muerte de otros siete integrantes.

Sin embargo, el criminal aparentemente detectó la presencia de los uniformados y huyó de nuevo hacia el monte, aunque en la casa donde se escondió fueron encontradas sus ropas manchadas con sangre y hasta jeringas y otros insumos médicos que utilizó para una transfusión.

En el fondo de la propiedad, los agentes detectaron una de las tantas plantaciones de marihuana que existen en la región.

La guarida de Cristino Díaz Méndez, que fue atropellada ayer por la Policía en colonia Brítez Cue.

El subcomandante de la Policía, comisario general Baldomero Jorgge, encabezó el equipo que presentó ayer de mañana las evidencias recolectadas tras el tiroteo.

El ahora buscado Cristino Díaz Méndez lideraba una banda dedicada a la producción de marihuana y a cometer crímenes por encargo en gran parte de la zona baja de Canindeyú.

Sus otros siete cómplices abatidos por la Policía resultaron ser su primo Milciades Díaz Vera (41), los hermanos Anselmo Montiel Méndez (35) y Antonio Montiel Méndez (29), los también hermanos José Domingo Benítez Segobia (25) y Silvio Benítez Segobia (20), así como Mario Darío González Da Cruz (38) y Alexis Ramón García Benítez (17).

Todos ellos tenían órdenes de captura, antecedentes o investigaciones abiertas por homicidio.

La balacera se desató en un camino rural de la comunidad indígena Tekoha Poty Pyahu, a 5 kilómetros de la colonia Brítez Cue, a orillas de una reserva de bosque y a 10 kilómetros de la gran reserva Mbaracayú.

Los siete ahora abatidos, más el que sigue prófugo, salían de un campamento marihuanero en una camioneta Toyota Fortuner, escoltada por una camioneta Fiat Strada, que a su vez estiraba una lancha.

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