Lugares abandonados por sus dueños, los refugios preferidos de los delincuentes

Salir a las diez de la noche del laburo o madrugar para llegar a tiempo al trabajo y tener que circular cerca de lugares abandonados no suele ser una opción recomendable, pues los delincuentes abundan en estos sitios desolados y carentes de seguridad.

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Los lugares abandonados abundan en nuestro país, pues no solo las reliquias históricas se encuentran olvidadas sino también muchos alquileres, balnearios, estadios, las casas y discotecas fueron profundamente arrinconadas por sus dueños. La razón del desamparo tal vez pocos comprueben, pero lo que sí se sabe es sobre la marginalidad que se apodera de estos sitios.

Los drogadictos e inadaptados aprovechan los lugares desolados para realizar actos inadecuados, como tener relaciones sexuales o consumir drogas. Además, varios delincuentes se refugian en el recinto para cometer delitos y sus víctimas preferidas suelen ser las mujeres que circulan solas en los alrededores.

Evidentemente, los lugares abandonados, que en algún momento fueron explotados comercialmente por sus propietarios, se convirtieron en el escondite preferido de los delincuentes. Podemos observar que niños consumidores de estupefacientes y adultos con la caña y el cigarrillo a su lado utilizan de hospedaje el recinto adueñándose de hecho del espacio descuidado.

Los trabajadores que madrugan para llegar a tiempo al trabajo o los que laburan hasta altas horas de la noche y a la salida tienen que esperar el bus cerca de estos lugares suelen ser los más afectados. Lo peor del caso es que los polis nunca se hacen cargo de los malvivientes y, si los arrestan, los delincuentes pasan dos o tres días en el calabozo y luego de vuelta a las calles refugiándose en los mismos sitios abandonados.

Retrocediendo unos años, el ex supermercado abandonado Ycuá Bolaños, que hoy día está a cargo de una empresa constructora para el proyecto del memorial, anteriormente, era uno de los nidos preferidos de los marginales. Varios niños y jóvenes aprovechaban el abandonado comercio para hacer asaltos en las paradas de colectivos y así recaudar el dinero para la próxima dosis de crack. Durante mucho tiempo, el lugar causó bastante desazón en la ciudadanía, ya que el nivel de delincuencia en esa zona era bastante alto.

No estaría demás advertir a tus seres queridos y alrededores sobre el cuidado de circular cerca de estos lugares en horarios de poco tránsito, ya que el peligro de que sean asaltados es muy elevado. Denunciá y, si es necesario, apurá y presioná a los polis, autoridades encargadas y dueños de esos terrenos descuidados para la lucha contra estos malvivientes que día a día perjudican a la gente en las calles.

Por Ricardo Núñez (19 años)

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