“Soy un alumno de ingeniería (UNA) y ofrezco servicios de jardinería para aquellas personas que quieran colaborar con mis estudios y gastos diarios”, dice una publicación de Matías González en Facebook. El joven, oriundo de Nueva Italia, cursa el segundo semestre de la carrera ingeniería civil, en Ayolas.
Con una desmalezadora y una bordeadora, Matías aprovecha su tiempo libre trabajando cuatro días a la semana, ya que actualmente lleva dos materias en la facultad. “Anteriormente acompañaba a mi mamá para ayudarle con los trabajos de jardinería; esto se volvió una costumbre y, cuando necesité algo que me ayude a sostenerme económicamente, opté por esta actividad”, comenta González.
Por otro lado, Matías dice que, desde chico se vio rodeado de actividades relacionadas a la construcción porque, como su papá era albañil, visitaba las obras y poco a poco se fue acostumbrando a estas tareas, cimentando así su pasión por la ingeniería civil. El universitario fue becado por la Itaipú, lo que le ayuda ligeramente a llevar sin muchas presiones sus estudios.
El joven asegura que su estadía en Ayolas no resulta fácil, pues sus gastos se dividen entre la facultad y el alquiler que comparte con sus compañeros. “Lo ideal sería dedicarse exclusivamente a estudiar, es lo que aconsejaría a cualquiera; sin embargo, la mayoría de los jóvenes se encuentra con diferentes necesidades y, así, estudiar sin trabajar es un cuento de hadas”, afirma Matías.
“Pese a cualquier adversidad que pueda presentarse en el camino, mi familia es la motivación suficiente que necesito para hacer frente a las dificultades y poner mis estudios por encima del agotamiento”, manifiesta Matías. Asimismo, el joven expresa que uno de sus deseos es ayudar a su padres y brindar oportunidades a otros estudiantes que, como él, desean seguir una carrera universitaria, pero no pueden por las responsabilidades laborales.
De este modo, González explica que, a causa del desgaste físico y mental, muchos universitarios se ven obligados a poner el trabajo por encima de sus estudios. No obstante, el joven se siente motivado a cambiar dicha realidad, apoyando a esos estudiantes y ayudándolos a saber cómo equilibrar lo laboral con lo académico.
“El esfuerzo de hoy es el fruto del mañana y solo con sacrificios se llega al éxito, por ello no me queda otra cosa que animar a los jóvenes a no decaer ante algunos problemas porque, al final del camino, siempre les espera esa anhelada satisfacción por todo el trabajo realizado”, finaliza Matías.
Por Macarena Duarte (18 años)