La euforia llena el corazón de los alumnos y un sinfín de recuerdos se agolpa en sus mentes, mientras el cierre de una etapa se acerca: el famoso último primer día ya llegó. Desde hace tiempo, las fiestas de UPD se convirtieron en una antesala infaltable del comienzo del tercer año.
Si bien las fiestas de UPD son muy ansiadas por los estudiantes, en las redes sociales proliferan los comentarios negativos. A pesar de las críticas, hay jóvenes que deciden romper los esquemas y celebrar esta jornada ayudando a la comunidad.
Estudiantes del tercer año del colegio San José Obrero de Capiatá llevaron ropa, alimentos y mucho amor al albergue del Instituto Nacional del Cáncer. "Cuando llegamos, nos sentimos privilegiados de tener salud, una cama para dormir y estar en casa con nuestras familias", comenta Renato Benítez, uno de los alumnos.
El estudiante sostiene que la idea surgió hace mucho tiempo, pero que al inicio no hubo apoyo; sin embargo, el UPD solidario resultó un éxito, pues aunque no todos los alumnos pudieron participar, cada uno puso su grano de arena. "Los jóvenes debemos dejar de lado la farra y hacer felices a aquellos que necesitan, tenemos que ponernos las pilas y colaborar con personas que siempre estarán agradecidas", afirma Renato.
Por otra parte, con el fin de brindar cariño y compañía, el tercero A del bachillerato técnico en informática del Centro Regional de Educación Saturio Ríos de San Lorenzo se movilizó hasta el albergue San Francisco y los alumnos llevaron elementos indispensables para los abuelitos. "Decidimos no hacer un simple UPD, entonces nos organizamos con ayuda de los padres", comenta la estudiante Gabriela Argüello.
La joven define esta experiencia como emotiva y destaca la alegría en los rostros de los residentes del albergue. "No cambiaría este UPD por otro porque fue uno de los mejores momentos que tuvimos como curso. Además, animo a los jóvenes a que vivan una experiencia que les hará muy bien y les enseñará un montón de cosas", comenta Gabriela.
Cada grupo elige su manera de festejar este día, pero resulta importante destacar e imitar las acciones solidarias de estos jóvenes, pues no solo son maneras de concientizar a la ciudadanía acerca de la ayuda a la comunidad, sino también contribuyen a romper el estereotipo negativo que condena a la juventud paraguaya. Así que, estudiante, preocupate por dejar un legado en tu colegio, ya que las generaciones futuras te lo agradecerán.
Por Belén Cuevas (18 años)