La violencia es considerada como la acción de agredir, lastimar y controlar a alguien expuesto a la vulnerabilidad; normalmente, estos comportamientos son llevados a cabo por una persona de mayor jerarquía que la víctima. Sin embargo, al mencionar “crueldad” no solo se discute la violencia entre personas, sino también hacia los animales.
En 2018, por ejemplo, un hombre fue multado por la Seam con la suma de 400 millones de guaraníes por despellejar a un tejú guasu. Asimismo, a comienzo de año, circuló un video en el que se observaba a un hombre arrastrando a un perro atado por su motocicleta; mientras que, hace un par de semanas, Pirayú dio lugar a un suceso en el que un muchacho ahorcó a su perro porque, supuestamente, lo puso “nervioso”.
Debido a este tipo de crueldades, en 2017 se promulgó la ley de “Protección y Bienestar Animal” que establece una pena de hasta dos años de prisión para aquellas personas que atenten contra la vida de animales silvestres, domésticos o exóticos. Así también, en 2019, fue creada la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal, con el objetivo de velar por ellos y erradicar la violencia de la que son objeto; esta entidad estatal está en manos de Juan Manuel Enciso.
Las denuncias de maltrato animal se realizan en municipalidades, Policía Nacional y en el Ministerio Público. Igualmente, la Municipalidad de Asunción posee la “Unidad de Zoonisis”, la cual cuenta con el número 663 368 para realizar las denuncias correspondientes de abandono, maltrato animal y tenencia de animales silvestres.
Por otra parte, con los hashtags “DenunciáYa” y “BastaDeMaltratoAnimal”, el encargado de la dirección de protección animal comunicó sobre la disponibilidad de una alternativa más fácil de realizar las denuncias. “Bienestaranimal.gov.py” es un link, en el que se debe llenar los campos requeridos, a fin de que la acusación sea tomada por los responsables de la investigación; además, es necesario adjuntar una fotografía del hecho más una descripción.
De esta manera, podemos ser las voces justicieras para aquellos animales maltratados que están obligados a sufrir en silencio.
Por Ezequiel Alegre (19 años)