No solo sirve para darnos felicidad y hacernos mover el cuerpo al son de la Macarena, pues la música en nuestras vidas, según una investigación de la Universidad de Oxford, también tiene el poder de segregar dopamina para la felicidad, intensificar la capacidad de procesamiento abstracto, favoreciendo la creatividad y la facilidad para solucionar problemas. La revolución musical avanza con pasos grandes y, aparte de todos estos beneficios, la sensación de las melodías en 8D, innova la manera de escuchar aquel hit que tanto nos gusta.
Este efecto artificial tiene su origen en Argentina, pues, en los años 80, el ingeniero Hugo Zacarelli tuvo la idea de fusionar técnicas de sonoridad para así lograr el término “sonido holofónico”, el cual hace referencia al sonido realista. El trabajo del profesional solo funciona con audífonos o auriculares puestos, dando la sensasión de que la música recorre de izquierda a derecha y de arriba a abajo, como si fuese que las notas vuelan alrededor de un círculo de parlantes encendidos.
Aunque se considere que la denominación “8D” sea una cuestión de marketing, pues la sensación que provocan estas músicas, en realidad, aplica el método 3D, plataformas de redes sociales como, por ejemplo, Youtube cuenta con canciones de características realistas. Canales como “8D Tunes" y “8D Music" despliegan un abanico de opciones con temas de diferentes artistas del momento.
El auge de la tecnología sonora está volviéndose más frecuente en toda clase de plataformas de realidad virtual, pues además de músicas, videojuegos de última generación como Sony potencian sus efectos especiales con resonancias en 3D. Imaginate escuchar “Bohemian Rhapsody” de Queen, “Chandelier” de la cantante Sia, “Rolling in the deep” de Adele o “Dura” de Daddy Yankee en 8D y cerrar los ojos imaginando que estás en un concierto exclusivo para vos, ¡qué loco!
El nuevo campo de la tecnología auditiva tridimensional nos abre la puerta a fin de explorar el mundo de las melodías; es momento de conectar los auriculares y relajarse con canciones en 8D. Vale recordar al respecto que “sin música, la vida sería un error”, como decía Friedrich Nietzsche.
Por Ezequiel Alegre (19 años)