Noviembre llegó y el fin de tu etapa en el colegio llamó a la puerta; ahora, la carrera profesional que vas a elegir constituye el foco de discusión de toda la familia, reunida en el tradicional almuerzo de los domingos. Entre miradas curiosas y algunos cuchicheos, los comentarios “¿vas a estudiar artes visuales?” y “te vas a morir de hambre” resuenan en la boca de tus parientes, generando un hipocentro de nuevos conflictos en el núcleo social más importante.
"¿Y el novio, sobrina, o pensás quedarte sola toda la vida?” representa otro de los clásicos debates que encienden la llama de las riñas, en el ámbito familiar. Así, desde discusiones que se originan por el bajo rendimiento académico de alguno de los integrantes más pequeños del grupo, hasta las disputas que se producen debido a las ideologías innovadoras o conservadoras de los miembros de la mesa, nuestros vínculos familiares no se salvan de los conflictos.
¿Cómo debemos actuar frente a estos problemas familiares? Según la psicológa Magalí Jure Wolf, la baja capacidad a la hora de tomar decisiones y las frustraciones a corto y largo plazo constituyen algunas de las consecuencias que pueden generar los conflictos familiares.
De esta forma, la especialista manifiesta que "la vida tiene altibajos y debemos hacer frente a todas las situaciones". Consecuentemente, los conflictos no solo generan más disputas, también pueden convertirse en los propulsores de mejorías y cambios de aspiraciones y perspectivas.
Por otro lado, a miles de kilometros de nuestro país, la pedagoga social alemana Valeska Riedel manifiesta que adoptar una actitud empática con los otros participantes de la discusión puede convertirse en la luz que nos muestre la salida del conflicto. "Será útil reflexionar sobre qué hechos en la vida del familiar lo llevaron a tener esas ideas", explica esta profesional.
Entre la marea de comentarios negativos y opiniones dañinas, muchas veces, se ocultan miedos y errores pasados que buscan ser enmendados con ayuda de las nuevas generaciones. Por ende, la psicóloga Jure Wolf manifiesta que, si bien entablar una discusión constructiva puede ser una tarea muy complicada, la fortaleza en nuestras creencias personales podrá ayudarnos a romper el círculo vicioso de una conversación poco favorable.
“Muchas veces, podemos alejarnos de la situación para que la otra persona baje el nivel de voz y se disponga a escuchar; esto no quiere decir que debamos evadir el conflicto”, explica la especialista. En consecuencia, la psicológa señala que existen diversas técnicas para lidiar con los conflictos, que varían de acuerdo a cada caso; en ocasiones, recurrir a un profesional puede ser de gran ayuda.
"El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo", expresaba el escritor del principito, Antoine de Saint- Éxupery. Así pues, los conflictos familiares forman parte de nuestra vida cotidiana y no implican, precisamente, que debamos romper las relaciones con los seres queridos. ¡No los evadas! El amor familiar puede superar, con paciencia y perseverancia, cualquier obstáculo.
Por Rebeca Vázquez (18 años)