¿Alguna vez imaginaste cómo será el futuro de la humanidad? Debido a la influencia de las películas de ciencia ficción y la evolución tecnológica, concebimos un porvenir repleto de autos voladores e, incluso, vacaciones a Marte. No obstante, lejos de este mundo de fantasía, el cortometraje animado “El punto verde en el año 3785” nos presenta un mundo más hipotéticamente realista: un planeta devastado por la contaminación.
El cortometraje fue creado por la cineasta Yasmina Samudio, egresada del Instituto Profesional de Artes y Ciencias de la Comunicación (IPAC). Con marionetas y una creativa escenografía, a partir del método de la animación artesanal, esta producción audiovisual se centra en un mundo postapocalíptico, devastado a raíz de la acumulación de basura, donde el oxígeno no circula libremente, sino que se comercializa a un costo muy elevado.
La figura principal del cortometraje es una niña de nueve años que, en medio de una explosión de publicidades acerca del oxígeno como un generador de vida, decide robar arbolitos y trasplantarlos sobre la tumba de su madre. Con este gesto de amor, la pequeña pretende devolver la vida a su mamá, creando un "punto verde en el año 3785”.
"La idea del cortometraje nació hace dos años pues, con algunos compañeros de la carrera, teníamos planeado realizar el material para algún festival. Luego, con esa pequeña sinopsis que quedó, tomé la idea y la presenté como proyecto de tesina de la facultad", relata la creadora del cortometraje, Yasmina Samudio. Una vez que finalizó su defensa de proyecto, la joven postuló su producción para diversos festivales nacionales e internacionales.
De esta forma, el material audiovisual El punto verde en al año 3785 fue seleccionado y proyectado en el 28° Festival Internacional de Cine de Paraguay. "Cuando vi el anuncio de selección en mi mail, sentí una explosión de emociones; personalmente, no imaginé que llegaría hasta esas instancias", expresa la creadora de este corto que también participa en certámenes internacionales, realizados en Perú.
Para Yasmina, el universo de la animación constituye una pasión. "Siempre me gustó la idea de narrar historias desde una perspectiva personal, mostrando a los demás mi forma de ver el mundo. Me gusta presentar relatos que toquen a las personas y no solo terminen en una visualización", comenta la joven; de esta forma, la cineasta no descarta explotar aún más el universo de El punto verde en el año 3785.
Si bien en las producciones animadas artesanales no se realizan castings para seleccionar actores, producir un corto con este método no es sencillo. "Desde escribir un buen guion, hasta idear los personajes y crear la marioneta que se utilizará para grabar, la animación artesanal conlleva todo un proceso. Además, este método requiere mucha atención a la parte artística de la escenografía", explica la joven.
"El mundo de la animación está creciendo en nuestro país. Hay eventos como 'Animate Paraguay' en los que profesionales del área dan charlas. La idea es que más personas se animen a incursionar en este universo animado", finaliza Yasmina.
Por Rebeca Vázquez (18 años)