Nuestras altas temperaturas se viven cada día con más intensidad y sensaciones térmicas superiores a los 40°C logran hacernos pensar que, con cada paso, vamos derritiéndonos poco a poco. De esta manera, un termito de agua fresca se convierte en un aliado indispensable para mitigar el desesperante calor.
Hidratarse se vuelve primordial en estas épocas del año, así como usar prendas ligeras y claras o evitar el choque térmico producido al salir de un lugar fresco a las ardientes calles. Sin embargo, durante los días calurosos, pareciera ser que algunos se olvidan de lo más importante de todo: mantener una buena higiene personal.
En aulas del colegio, facultades, supermercados o en colectivos, un olor fuerte e inconfundible hace que más de uno arrugue la nariz y vaya a otro lugar, en donde estaría más alejado de esa situación desagradable. Los amantes del calor festejan su llegada, relacionándola con ratos en la piscina, salidas con amigos y más diversión.
No obstante, a veces queda postergado del veraneante itinerario una ducha minuciosa o un cambio de desodorante, cuando este no protege lo suficiente. Algunos dan la impresión de aplicar el famoso “baño francés” y luego hacen de oídos sordos ante cualquier indirecta con respecto a su higiene.
De acuerdo a un artículo de National Geographic, la expresión, que deja al descubierto la supuesta falta de limpieza de los galos, viene desde la época anterior a la Revolución Francesa, pues los habitantes consideraban al agua como una fuente transmisora de enfermedades. Por ello, realizaban el “baño en seco”, que consistía en limpiar con una toalla húmeda las partes visibles del cuerpo.
Si se llegaba a percibir en el ambiente algún olor desagradable, lo único que se hacía era perfumarse para contrarrestar el aroma. Asimismo, una encuesta en 2015, hecha por la fundación BBVA, determinó que el 43% de los franceses no se ducha a diario, higienizándose solo cada dos o tres días; muchos podrían emular la moda de los galos o anhelar sus incomparables perfumes pero, al parecer, terminan optando por sus métodos de limpieza.
Aparte del intenso sol que nos quema la piel, durante nuestro trayecto al colegio, facultad o trabajo, también pueden encontrarse algunos puntos positivos en las temporadas calurosas, como el infaltable tereré con mucho hielo y los planes en la playa.
Pese a esto, aquellos a los que el antitránspirante abandonó hace tiempo convierten en suplicios olorosos cualquier ambiente. Entonces, disfrutemos y cuidémonos en estos tiempos, sin olvidarnos de mantener nuestra higiene personal.
Por Macarena Duarte (17 años)