Con veredas en mal estado, caminar por Asunción es un suplicio

El incumplimiento de la ordenanza municipal que reglamenta las aceras de Asunción, resulta un problema constante para los peatones. Las veredas, que se usan como estacionamiento y están en malas condiciones, son los enemigos de los que andamos a pie.

En nuestras ciudades, quienes se movilizan “a pata” se encuentran con todo tipo de obstáculos.ABC Color
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Automóviles mal estacionados y pisos parecidos a un empedrado son los “regalitos” diarios para los peatones. Las veredas son espacios públicos destinados al desplazamiento exclusivo de los transeúntes; sin embargo, en nuestras ciudades, quienes se movilizan “a pata” se encuentran con todo tipo de obstáculos.

En Asunción, la ordenanza municipal Nº 217/12 dicta cómo deben estar construidas las aceras; en el artículo número 34, se menciona que, en las veredas, no debe existir ninguna barrera que impida el paso. Asimismo, la reglamentación estipula que la acera debe tener, como mínimo, 1,20 metros de ancho y estar pavimentada con piso de baldosa o materiales similares.

Entonces, si existe una reglamentación, ¿por qué nuestras veredas se encuentran en tan mal estado? Como siempre y acompañado de su filosofía de “yo hago lo que quiero y como quiero”, el paraguayito incumple la ordenanza mencionada y mantiene su acera como se le da la gana.

Por otro lado, muchas personas estacionan sus motos y autos en las aceras, aunque el artículo N° 59 de la Regla General de Tránsito de Asunción determina claramente la prohibición de aparcar vehículos en la vereda. Las multas por este y otros tipos de faltas, relacionadas a las aceras, van desde los cinco hasta los veinte jornales mínimos.

Por más que existan sanciones, las personas siguen haciendo lo que quieren en las veredas ya que, al parecer, ningun órgano municipal controla el cumplimiento de la ordenanza 217/12. Si la policía municipal de transito recorriera solo unas cuantas manzanas de la ciudad capitalina, registraría un montón de infracciones en las aceras.

Por otra parte, el artículo Nº 24 de dicha ordenanza dicta que las aceras que culminan en las esquinas deben contar con rampas para personas con discapacidad, en coincidencias con los cruces peatonales, pero esto no ocurre, salvo algunas excepciones. La dificultad que tienen las personas que utilizan sillas de ruedas es mucho mayor pues, en la ciudad capitalina, muchas veredas no tienen ninguna rampa.

La solución para este problema constante sería que los órganos municipales controlen que las veredas estén en buenas condiciones y que los conductores no estacionen sus vehículos sobre ellas. Al parecer, la única forma de que los ciudadanos entiendan que algo está mal es aplicando un castigo que toca el bolsillo; tal vez, solamente de esta manera, los ciudadanos tomarán conciencia y arreglarán sus espacios destinados para que caminen los peatones.

Por Alejandro Gauna (18 años)

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