Sacar cinco o ser aplazado no definen tu capacidad para sobresalir

Un cinco que te hace el abanderado del colegio y un aplazo que te lleva a febrero, a veces, te encierran y limitan. Aunque una buena calificación solo define tu calidad como alumno aplicado, un “uno”, muchas veces, no refleja tu capacidad como persona.

Cuando poco y nada se absorbe de la malla curricular, sacar nota cinco y llevar la bandera en los desfiles escolares no garantizan éxito en el futuro.Maili Aranda, Gentileza
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Nuestro sistema actual de educación se basa en torno a la reforma del siglo pasado que hoy pide ser actualiza en todos los sentidos, pues las instituciones educativas públicas, en lugar de capacitar y formar mentes críticas, desarrollan métodos memorísticos que, al fin y al cabo, no aportan al conocimiento. Entonces, cuando poco y nada se absorbe de la malla curricular, sacar nota cinco y llevar la bandera en los desfiles escolares no garantizan éxito en el futuro.

El sistema vigente, que somete a los alumnos a seguir estudiando bajo una estructura nefasta, está lleno de caminos fáciles que conducen a la calificación cinco deshonestamente. De nada sirve adiestrar de forma efímera al cerebro para que en el momento de un examen recuerdes nombres y fechas que, luego de un tiempo, tu memoria se olvide de lo estudiado; este método de aprendizaje equivale a lo mismo que hacer copiatín pues, de ambas formas, no se aprende nada.

Aunque influya bastante el nivel académico que una persona mantuvo en la primaria y secundaria, al momento de conseguir algún puesto laboral, las herramientas esenciales que no fueron calificadas en las libreta como el respeto, el compañerismo o la empatía, a veces, resultan difíciles de aplicar. Asimismo, también al hogar se lo considera como la primera escuela donde se aprenden los valores, pero cuando no es así, la persona no puede quedar a la deriva.

Deprimirse por obtener una calificación dos o por aplazarse es normal, así como lograr la puntuación más alta de la clase. No obstante, tanto aquellos tachados como los más inteligentes y los menos capaces pueden demostrar una actitud diferente, por ejemplo, al momento de ser elegidos para un trabajo.

Albert Einstein, quien dio visión al entendimiento de espacio y tiempo, es considerado una de las mentes más brillantes, habiendo sido un estudiante común y corriente con malas notas en matemáticas. Detrás de la bombilla eléctrica y la máquina de escribir, se encontraba un estudiante considerado estúpido por sus profesores, pero Thomas Edison hoy en día, dejó su nombre como legado de la inteligencia.

Entonces, no dejes que el sistema educativo limite tus capacidades al momento de sacar una mala calificación, pues una nota no te define por completo.

Por Ezequiel Alegre (18 años)

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