Alegre, churro o loco... ¡votá!

Por el “alegre”, el “churro” o el “loco”... no importa por quién, lo importante es que hoy, en las octavas elecciones generales desde 1989, participes y votes. Participar da legitimidad y es importante para este proceso democrático. Es el único día que llega cada cinco años en el que sos el soberano. No entregues tu soberanía, votá.

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Llegamos a estas elecciones en un contexto en el que una de las principales fuerzas está “golpeada” a consecuencia de sanciones económicas internacionales, “vendiendo” la idea de la división interna y con una concertación de partidos que promete un cambio.

Ambas situaciones han generado incertidumbre hasta en el fanático más recalcitrante. Y en la incertidumbre también descansa la indecisión, un hecho no menor en el que hoy se centra la última carta que se juegan los candidatos.

Con esa variable, las proyecciones en la medición de intención de votos son inciertas (a cada candidato “su encuestadora” le dio ganador). Lo que sí tenemos en concreto es que el padrón electoral creció casi un 13% respecto al 2018 (541.433 jóvenes) y la expectativa de lograr que la participación supere el promedio 68% de las últimas cinco elecciones. De esas, la ANR ha salido victoriosa en cuatro ocasiones y una fue para la alianza que llevó a exobispo Fernando Lugo a la presidencia, periodo que no completó debido a un juicio político.

¿Por qué el porcentaje de participación es una variable que puede preocupar? Aunque hay más jóvenes en estas elecciones, parte de la respuesta se encuentra en la brecha tecnológica que supone el uso de las 16.000 máquinas de votación desplegadas en todo el país.

Pese a que los datos del INE nos digan que el 77% de la población paraguaya tiene acceso a internet (lo cual implica un manejo óptimo de la tecnología), no es menos cierto que mucha gente, en especial los de la tercera edad y del interior del país, sienten lo que podemos denominar “inseguridades cívicas” con este sistema de votación que no les es familiar (insertar un tarjetón, presionar botones, etc). El temor a equivocarse o a que su voto “se borre” o se pase “electrónicamente” a otro candidato es un fantasma que sobrevuela por sobre los electores y genera desconfianza inclusive en los más “tecnoavezados”.

Como fuera, el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) se ha encargado de disipar esas dudas con diferentes campañas y hoy, al final del día, veremos qué tan efectivas han sido esas estrategias. Ellos hicieron su parte, ahora es el turno de la ciudadanía, ahora es tu turno. Votá.

mescurra@abc.com.py

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