A lo ancho y largo del distrito de Tembiaporâ, se observan extensos bananales con frutos en espera de cosecha y otros que ya están en proceso de descomposición. La situación no requiere de mucho análisis para sacar conclusiones de la millonaria pérdida que registran los productores del rubro.
La situación se da primeramente por una superproducción de la fruta a causa de la sequía del año pasado que impidió cultivar de manera organizada y distribuida la banana. Al hecho, se suma la reducción de las ventas del producto y, por último, el largo retraso de los pagos por las bananas exportadas a la Argentina. Estos hechos hacen que los acopiadores no puedan soportar la larga espera de los pagos y terminan cerrando sus empresas empaquetadoras del producto.
La situación está desesperante para los pequeños productores y acopiadores, quienes tienen créditos a plazo fijo que pagar, pero que muchos están registrando importantes retrasos y deben ponerse al día con sus deudas con elevados intereses.
La situación se refleja en las ganancias generadas en años anteriores. En el 2021 el rubro bananero ingresó divisas por un valor de US$ 20 millones; sin embargo, el año pasado apenas llegaron a US$ 11 millones, situación que indica que tuvieron una reducción de hasta el 40%.
Pequeños productores y acopiadores están desesperados por la falta de asistencia del Gobierno para conseguir mercado seguro para los mismos y el poco interés que demuestra el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el tema. Los productores exigen que la Cancillería haga uso de las relaciones diplomáticas entre ambos países y que se pueda normalizar la situación.
El Gobierno debe preocuparse más sobre los intereses de los productores y en especial en un importante rubro que beneficia a miles de familias agricultoras del país.