La ruta hacia las grandes ligas

Paraguay busca ingresar al club de los países ricos. Para ello debe recibir la invitación oficial por parte del comité de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, elaborar un programa país y diseñar una estrategia que le permita cumplir estándares internacionales, alineados a los de las mayores economías de mercado del mundo.

Paraguay envió solicitud para ser admitido como miembro de los países de la OCDE.
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El presidente Santiago Peña, en su reciente periplo en Francia, formalizó la solicitud de ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y postuló a Paraguay como candidato. Perú, Argentina y Brasil están un paso más adelante por ahora, se convirtieron en candidatos oficiales desde 2022.

Este es un hito fundamental para cualquier nación que busca consolidar su desarrollo económico, social y político en el escenario global. Para Paraguay, esta ruta es un desafío que pasa, desde el fortalecimiento de sus instituciones, reformas estructurales y posicionarse como actor relevante en la economía mundial.

El proceso de adhesión a la OCDE actúa como catalizador para impulsar reformas de fondo y fortalecer las capacidades del país para potenciar la atracción de inversiones, integración regional y global, innovación, tecnología y desarrollo sostenible.

Barreras y oportunidades

Para alcanzar la meta, Paraguay necesita un liderazgo político decidido y una visión compartida entre el sector público, privado y la sociedad civil. Si el deseo es real e inclusivo, puede ser una oportunidad para resolver pendientes eternos, mejorar las condiciones productivas, el clima de negocios, las inversiones, servicios básicos escenciales y políticas públicas alineadas a estándares internacionales, en pro de construir sociedades más fuertes, justas y limpias, de acuerdo a los principios de la OCDE.

En este sentido, incentivar un diálogo nacional para este propósito, permitiría articular los intereses de diferentes sectores, del bienestar colectivo y bajo un compromiso y liderazgo, podría fortalecer las capacidades técnicas, administrativas y sociales del país.

La responsabilidad del anuncio del presidente Peña es muy alta y la seriedad con el desarrollo y cumplimiento puede ser un puntal para el crecimiento y desarrollo del país, o un papelón para falta de gestión de programas y políticas con perspectiva a largo plazo y en cumplimiento con estándares globales de países desarrollados.

Intenciones desde 2016

La OCDE, muy conocida como el “club de los países desarrollados”, está conformada por naciones que comparten principios como la democracia, la economía de mercado y el compromiso con el desarrollo sostenible.

El pasado 9 de diciembre el presidente Peña presentó a los órganos directivos, en la sede de la OCDE, la carta de intención. Definió como tiempo límite para ser miembro el fin de su mandato.

En febrero del 2016 Paraguay creó una Comisión Multisectorial para avanzar a la OCDE. Esta comisión era dependiente de la Secretaría Técnica de Planificación. Posteriormente, en 2018, se reajustó la composición, integrada por los Ministerios del Equipo Económico Nacional, además del Ministerio de Educación y Ciencias y el Ministerio de Salud y Bienestar Social y Cancillería Nacional. Finalmente, en marzo de 2017, Paraguay se convirtió en miembro del Centro de Desarrollo de la OCDE, al igual que otros países latinoamericanos interesados en ser parte de la organización.

El club de los países ricos

La OCDE está compuesta por 38 naciones prósperas, en su mayoría (26) europeas. Colombia y Chile forman parte por Latinoamérica. Estos países representan cerca del 60% del comercio internacional, 80% del PIB mundial y 75% de la inversión extranjera.

La OCDE nace en 1961 con el foco puesto en el desarrollo de los países europeos y sus veinte miembros. Luego, su ámbito geográfico se expandió, abarcando otras naciones en Asia-Pacífico y América. Está compuesta actualmente por 38 prósperas naciones, en su mayoría (26) europeas. EE.UU., México, Costa Rica, Colombia y Chile se suman por parte del continente. Estos países representan cerca del 60% del comercio internacional, 80% del PIB mundial y 75% de la inversión extranjera.

Estas naciones comparten experiencias en comités y grupos de trabajo sobre políticas públicas relacionadas con la gobernanza global, el desarrollo sustentable y el bienestar de la población.

La OCDE debate, recopila y analiza datos para diseñar y desarrollar buenas prácticas en materia de políticas públicas bajo estándares globales, apoya en los procesos de implementación para fomentar una mejora en la calidad de vida de las poblaciones.

Liderazgo, voluntad y acciones

Danilo Sylva, exsuperintendente de Competencia Económica de Ecuador, en una entrevista con ABC Negocios, explica el proceso y los beneficios de ser parte de la OCDE. Dejó claro que “la decisión política de adhesión lleva a los mandatarios, en mayor o menor medida, a enfrentar graves y grandes problemas estructurales que vienen arrastrándose durante décadas”.

Para Sylva, el liderazgo del Presidente de la República en este proceso es esencial, no solo para que el equipo gubernamental cumpla con sus atribuciones y deberes, sino, también, para motivar y movilizar a la sociedad en su conjunto para que tome conciencia del objetivo, lo haga suyo y lo apoye.

¿Cuál es el proceso luego de la solicitud enviada?

La ruta a seguir es diseñada y presentada por la OCDE. Es una adhesión a los lineamientos, políticas, reglas y metodologías que durante décadas han sido desarrolladas e implementadas por los países miembros, que hasta el día de hoy han demostrado que es el camino más idóneo para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo. En términos generales, se distinguen tres fases: preadhesión, adhesión y posadhesión. La primera fase es un trabajo conjunto que requiere mucha interacción entre la OCDE y las autoridades gubernamentales.

¿Cómo se diseña el programa país y la hoja de ruta?

El país debe diseñar una agenda interna y definir una estructura administrativa para interactuar con los equipos de la OCDE, realizar acciones necesarias con total transparencia y permitir que se realicen evaluaciones, diagnósticos y las correspondientes recomendaciones. La transparencia, la apertura y colaboración de todo el aparato institucional, objeto de la examinación, son indispensables, así como la coordinación a efectos de que los examinadores puedan tener la oportunidad de recibir los pareceres del sector privado y de las organizaciones de la sociedad civil, entre otros actores claves.

Durante el desarrollo de los exámenes el país deberá ir realizando acciones (a nivel de política pública, reformas legales, lucha contra la corrupción, manejo transparente y eficiente de las finanzas públicas, entre otras) que evidencien la firme voluntad del país de adherir a los principios, lineamientos y reglas de la OCDE.

¿Cómo operan los procesos de revisión e implementación?

Como parte del proceso se suele firmar actas, memorándums o el acuerdo de rigor correspondiente, en los que constan los condicionamientos y acciones, así como la adhesión del país a los instrumentos legales de creación de la OCDE y a las normas que rigen a la organización.

Siguiendo las normas constitucionales y legales internas de cada país, debe aprobarse por la legislatura dicho acuerdo, así como el respectivo instrumento que confiere inmunidades al personal de la OCDE que realizará sus actividades en el territorio del país examinado.

Realizada la examinación por parte de las diferentes comisiones en las áreas o sectores escogidos, los informes se presentan a los órganos de decisión de la OCDE. Concluida esta fase la OCDE toma la resolución de aceptar la adhesión y formula las recomendaciones para que se vayan implementando ex post, las mismas que son monitoreadas a efectos de que sean acatadas y cumplidas.

Los comités son fundamentales, no solo en la etapa de la revisión, diagnóstico y emisión de recomendaciones, sino, durante el monitoreo y apoyo con posterioridad a la aceptación del país como miembro.

En la OCDE, existen alrededor de trescientos comités, subcomités y grupos de trabajo. Cada comité realiza una evaluación de la legislación interna, las políticas públicas existentes y su aplicación, así como las prácticas implementadas.

¿Los tiempos del proceso son largos?

El tiempo, mayormente, depende de la colaboración que brinde el país, tanto para la entrega de la información solicitada por los evaluadores, como por las acciones, reformas o cambios que vaya implementando durante el proceso de evaluación, que refleja el grado de compromiso para mantener la voluntad de adhesión a las políticas, principios y normas de la OCDE y la capacidad para implementar las recomendaciones que contemplen los comités evaluadores.

En el caso de Ecuador se tomó la decisión para iniciar el proceso. Lamentablemente, no se realizó ninguna acción relevante para plasmar esa decisión política, con la excepción de la Superintendencia de Competencia Económica que voluntariamente se sometió al examen Peer Review sobre competencia. Esta evaluación fue en el año 2020 y presentada en Ecuador y a la comunidad internacional en el año 2021.

¿Qué le ofrece la OCDE a un país miembro?

El principal beneficio de un país que ha sido examinado y admitido por la OCDE es la reputación que alcanza internacionalmente y le permite ser un país atractivo para las inversiones extranjeras y acceder a los mercados crediticios internacionales (el sector público y sector privado) en mejores condiciones. De hecho, hay muchos instrumentos financieros internacionales destinados a empresas de países que forman parte de la OCDE.

Comprometerse a cumplir con las mejores prácticas y estándares internacionales, es un antes y un después. El salto es gigante y se traduce en el establecimiento de una institucionalidad sólida que consolida su democracia y que sienta bases firmes para un crecimiento y desarrollo económico sostenido, lo que impulsa a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.

¿Cuál es el costo o esfuerzo para acceder al club de países desarrollados?

Es una manera de dejar el pasado oprobioso, el círculo vicioso que ha determinado los endémicos problemas políticos, sociales y económicos de los países latinoamericanos. Por citar algunos ejemplos, los precios de los paquetes de banda ancha, en el sector de telecomunicaciones, bajaron los precios en un 81% en México luego de implementar reformas recomendadas por la OCDE; se han evaluado a cerca de seiscientos mil estudiantes menores a quince años con las pruebas PISA; se han impuesto significativas sanciones aplicando la Convención anticohecho de la OCDE, así como se ha recaudado cantidades, también, significativas, por la lucha contra los paraísos fiscales.

Si poner la casa en orden puede considerarse un sacrificio o la realización de mayúsculos esfuerzos, por supuesto, que es un desafío que vale la pena asumirlo. Si se quiere mejorar el desempeño económico, crear empleos, mejorar la educación, disminuir las crisis fiscales, combatir el crimen internacional, mejorar el interés general y las condiciones de vida de los habitantes es un camino, mejor dicho, es el mejor camino que un país puede o debe tomar.

Paraguay, Brasil, Perú y Argentina buscan ser parte del club de los países desarrollados.

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