A su vez, en América Latina, los APM han adquirido gran relevancia, con el sistema PIX de Brasil como principal exponente. Implementado por el Banco Central de Brasil en 2020, PIX ha facilitado la inclusión financiera, permitiendo a millones de personas acceder a servicios bancarios y realizar transacciones instantáneas. Su éxito ha despertado interés en otros países, generando su expansión a mercados transfronterizos.
En esta edición se mencionaba que, en Paraguay, PIX había sido integrado en febrero de 2024 a través de Bancard, permitiendo que turistas brasileños realicen pagos en más de 200 comercios en Ciudad del Este, Salto del Guairá y Pedro Juan Caballero. Este sistema posibilita transacciones inmediatas, seguras y con conversión automática a dólares, beneficiando tanto a consumidores como a comerciantes. Su implementación busca mejorar la trazabilidad de las operaciones, reducir los costos financieros y disminuir el riesgo de robo asociado al uso de efectivo en transacciones comerciales.
En este contexto, el éxito de PIX en Paraguay refleja el potencial de los pagos instantáneos para el comercio transfronterizo y la digitalización de la economía. Se espera que la adopción de estos métodos siga en aumento, promoviendo mayor seguridad y eficiencia en las transacciones económicas de la región, se remarcaba.
Otro tema puesto en análisis fue la reducción en las exportaciones de soja en Paraguay y su impacto en la economía nacional. Durante marzo y abril de 2024, el país registró una pérdida de US$ 551,9 millones en exportaciones de granos de soja, representando el 87,5% de la caída total de las exportaciones en dicho período. De esta cifra, el 60% se debió a la disminución de precios, mientras que el 40% estuvo relacionado con menores volúmenes exportados.
Las causas de la baja en los precios respondieron a dos factores principales. En primer lugar, la apreciación del dólar que encareció las importaciones, reduciendo la demanda global y afectando la competitividad de los productos agrícolas. En segundo lugar, la producción en Sudamérica había crecido significativamente, con Argentina duplicando su cosecha tras la sequía del año anterior y Brasil expandiendo su área sembrada. Este aumento en la oferta generó una presión bajista en los precios internacionales.
El impacto en Paraguay fue considerable. A pesar de haber alcanzado una producción de 9,8 millones de toneladas, la caída en los precios redujo los ingresos del sector y generó reticencia en la venta de soja, afectando el flujo de divisas y contribuyendo a la depreciación del guaraní.
Las perspectivas futuras dependían de la evolución de la exportación brasileña, la política arancelaria de los Estados Unidos (EE.UU.) y los movimientos de los fondos de inversión en Chicago. Asimismo un debilitamiento del dólar podría favorecer la demanda de soja y ayudar a estabilizar los precios en los mercados internacionales, se referenciaba en esta entrega.
Inversión en infraestructura y seguridad social
De igual manera se resaltaba el papel fundamental de la infraestructura en el desarrollo económico y social. La inversión en infraestructura no solo impulsa la productividad y competitividad del país, sino que también reduce costos logísticos, mejora el acceso a mercados y fortalece la provisión de servicios públicos esenciales.
Para el Banco Mundial, un incremento del 1% en infraestructura puede elevar el PIB entre 1% y 2%. No obstante, América Latina enfrenta un déficit significativo en este ámbito, y Paraguay no es la excepción.
En los últimos 15 años, la inversión pública en infraestructura en Paraguay ha promediado solo el 1,75% del PIB, un nivel insuficiente para cerrar la brecha, que se estima entre US$ 21.000 y US$ 36.000 millones. Para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se prevé que Paraguay deberá invertir al menos US$ 24.000 millones en la próxima década.
En la ocasión se citaba que Paraguay ha recurrido a la emisión de bonos soberanos y préstamos multilaterales, pero en los últimos años la inversión pública ha disminuido debido a restricciones fiscales y compromisos internacionales. Esto ha limitado no solo la ejecución de proyectos claves y ha generado incertidumbre sobre la capacidad del país para reducir su déficit de infraestructura. Ante este panorama se planteaba la necesidad de fortalecer los mecanismos de inversión privada y fomentar las alianzas público-privadas.
Finalmente, la situación de la seguridad social en Paraguay y los retos derivados de la informalidad laboral también formó parte del análisis realizado. Se señalaba que los sistemas de pensiones buscan garantizar ingresos en la vejez, pero su sostenibilidad fiscal se ve comprometida por el envejecimiento poblacional y la precariedad del mercado laboral.
En Paraguay, la alta informalidad sigue siendo un obstáculo para la cobertura previsional. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la densidad de cotización en el Instituto de Previsión Social (IPS) entre los años 2000 y 2020 fue del 28%, lo que evidenciaba que gran parte de los trabajadores realiza aportes esporádicos. Ante tal escenario, se advertía que un 57,3% de los empleados no alcanzaría los 15 años requeridos para jubilarse a los 65 años, lo que demuestra la fragilidad del sistema previsional.
Igualmente se mencionaba que el mercado laboral paraguayo presenta un aumento de la informalidad, con 1.472.704 trabajadores en esta condición en 2023. Los jóvenes y empleados de pequeñas empresas son los más afectados. La falta de incentivos y los elevados costos de formalización limitan la incorporación de estos trabajadores al sistema de seguridad social.
Ante el panorama descripto se enfatizaba que se requieren reformas para ampliar la cobertura previsional, fomentar la formalización laboral y asegurar la sostenibilidad del sistema. Políticas enfocadas en la inclusión financiera y la generación de empleo formal serán clave para mejorar la seguridad social y fortalecer la economía del país.
Pagos
Éxito de PIX en el país refleja el potencial de los pagos instantáneos para el comercio. En contrapartida, el uso de efectivo continuó su declive.
Impulso
La inversión en infraestructura impulsa productividad y competitividad y reduce los costos logísticos así como la mejora de acceso a mercados.