La inflación es la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que representa el general del nivel de precios medido por una canasta de bienes y servicios compuesta por 465 ítems de diferentes agrupaciones. En esta canasta los precios de los bienes y servicios tienen diferentes pesos de acuerdo con su importancia en el presupuesto del consumidor del área metropolitana de Asunción. Conforme a ese peso la variación de sus precios tiene una mayor o menor importancia dentro del cálculo de la inflación, siendo las agrupaciones más importantes las de: alimentación y bebidas no alcohólicas, alojamiento y mantenimiento de la vivienda, y transporte.
La inflación 0 de octubre y lo que se viene
En octubre, la variación de precios respecto a septiembre fue “cero”, debido a que la reducción de precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, y de los combustibles, que incide en el transporte, habría compensado la suba de precios de otros bienes y servicios.
Con esta evolución mensual, la inflación interanual se ubicó en 3,6%. En la comparación interanual los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas presentaron el mayor aumento con 5,9%. Para el 2025 las proyecciones apuntan a que la inflación estaría en torno al 4%.
¿Por qué debería importarnos la inflación?
¿Apostaría por un proyecto a 10 años o más cuando los precios son muy volátiles? Una inflación estable y predecible es esencial para el crecimiento de cualquier economía, porque los precios transmiten la señal sobre qué sectores constituyen una oportunidad o en cuales existen riesgos, sobre qué gastos deben priorizar los hogares y sobre si una inversión pudiera ser rentable.
En Paraguay, salvo contadas excepciones, las variaciones de los precios se han mantenido dentro de los rangos establecidos desde que se adoptó el esquema de metas de inflación en el 2011. Esto hace que las expectativas de los agentes económicos se alineen con las proyecciones del BCP en lo que refiere a variaciones de precios.
La inflación impacta en los costos de insumos, el poder adquisitivo de los clientes, y en la planificación financiera, afectando directamente los márgenes de ganancia. Considerarla permite ajustar precios, prever variaciones en ingresos y gastos, y gestionar mejor el financiamiento y los inventarios. Así, entender la inflación ayuda a proteger la rentabilidad y estabilidad del negocio frente a un entorno económico cambiante.
Adoptar estrategias adecuadas para monitorear la inflación implica que las empresas analicen de cerca la evolución de los precios en su sector específico, ya que estos pueden variar de manera diferente al índice general de inflación. Esto permite entender cómo ciertos cambios impactan de forma distinta en los consumidores finales, especialmente en función de su segmento de ingreso.
Con esta información, las empresas pueden ajustar mejor sus decisiones para responder a variaciones en el poder adquisitivo de su mercado objetivo y proteger su rentabilidad en distintos escenarios económicos.