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El estudio del Banco Mundial (BM) sobre gastos públicos en educación revela que la alimentación escolar (meriendas y almuerzos) se diseñó para ser universal, sin embargo, en la práctica los recursos no alcanzan para cubrir a todos los niños en situación vulnerable y los beneficiarios frecuentemente son seleccionados por las gobernaciones y municipios usando criterio “poco claros y transparentes”, desnuda el informe internacional.
Este análisis fue encargado por el Gobierno paraguayo al Banco Mundial y tuvo una duración de 18 meses de estudio.
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En el diagnóstico, contundentemente afirman que el programa de alimentación escolar puede ser efectivo para mejorar la asistencia escolar y los logros académicos de los estudiantes, sin embargo, eso es efectivo solamente si es focalizado adecuadamente. En Paraguay, este programa en la Educación Escolar Básica (EEB) parece tener efectos “limitados” en áreas donde las tasas de malnutrición son bajas y donde los números de matriculación son relativamente altos, detalla el documento.
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LAS RECOMENDACIONES
La recomendación del BM, a corto plazo, es que se deben “fortalecer los sistemas de monitoreo y establecer los criterios para la operacionalización de las inversiones en la alimentación escolar”. Enfatizan que este alimento permite incentivar la asistencia escolar a las instituciones y prevenir la malnutrición de los estudiantes.
Detalla el reporte que en Paraguay gasta el 8.3% de todo el presupuesto público asignado a la educación en alimentación escolar: es decir, el 0,29% del PIB en el 2016. Fonacide también financia un porcentaje fijo. El Ministerio de Educación administra este programa en Asunción, en tanto, en los departamentos los maneja la gobernación y los municipios.
El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) tiene 1.500.000 escolares aproximadamente matriculados en el 2018.