Mientras las autoridades de la zona, sean estas departamentales o municipales, continúen despilfarrando el dinero público, las familias de las diferentes comunidades de este lejano departamento sufren a diario numerosas necesidades en áreas tan sensibles como en salud, la seguridad vial y la carencia de agua potable.
Salud
Debido a la precariedad sanitaria de los hospitales, caracterizada por la falta de médicos especialistas y la carencia de infraestructura de los nosocomios, la evacuación de pacientes a otras regiones del país es de forma constante, para lo cual se debe transitar cientos de kilómetros, atendiendo lo lejano de estas poblaciones del resto del país.
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El traslado de enfermo a hospital de mayor complejidad se realiza a cualquier hora, y dependiendo de la gravedad del paciente, la evacuación se realiza por tierra, agua o aire. Cuando los viajes se realizan por tierra o agua los que más sufren estas verdaderas odiseas, son los choferes de ambulancias o conductores de botes y los enfermeros destinados para la evacuación.
Sucede que los viajes a la capital del país, como también a los hospitales de Concepción o Pedro Juan Caballero, sitios donde suelen ser llevados los pacientes, representan cientos de kilómetros, por lo que una vez llegado a destino, necesariamente tanto el chofer como el personal de blanco, necesitan descansar unas horas antes de emprender el viaje de retorno, lastimosamente en la mayoría de los casos, estos funcionarios deben costear su alimentación y hospedaje, debido a que no cuentan con viáticos.
A esta dura realidad se le suma la politización de la salud, y vemos como son descontratados personal de blanco solo por el hecho de no pertenecer a un equipo político, esta situación hace que los funcionarios de salud deban tener que rendir pleitesías a las autoridades de turno, para no perder sus trabajos.
Carencia de agua potable
Esta es otra de las duras realidades que deben soportar los pobladores del departamento, donde menos del 30% de las familias acceden al consumo de agua potable, y aún así la situación se agrava con cada temporada de sequía, sin embargo vemos consternados como la Gobernación utilizó G. 800 millones en la compra de una potabilizadora de agua, para luego tirarla entre las chatarras de hierros viejos.
Aislamientos
La falta de caminos de todo tiempo hace que poblaciones de los distritos de Fuerte Olimpo, Casado y Bahía Negra queden aislados por varios meses durante la temporada de lluvias, esto debido a la falta de trabajos serios a la hora de reparar los caminos de tierra de la zona.
Precisamente el negocio esta es realizar reparaciones parches, para que de forma permanente se pueda destinar sumas millonarias en reparar los caminos, ante el reclamo y sufrimiento de los pobladores. Otra dura realidad de corrupción es el ver el cementerio de chatarras de maquinarias inservibles que posee la gobernación, muchas de ellas abandonadas por falta de mantenimientos.
Despilfarro
Desde que funcionan las municipalidades y la propia gobernación se denunciaban de forma permanente la forma asquerosa en que las autoridades procedían a robar el dinero público, que debía servir para desarrollar al departamento, prueba de ello varios exgobernadores e intendentes fueron imputados por lesión de confianza, algunos inclusive fueron condenados.
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Los casos más recientes dan cuenta al uso de G. 2.000 millones en compra de maquinarias, para luego abandonarla entre los yuyales, obras sin terminar como el muelle atracadero en Bahía Negra donde se gastó más de G. 5.000 millones, o la compra de una camioneta para uso particular con dinero municipal, por este caso el intendente de Casado Hilario Adorno, colorado cartista, deberá soportar juicio oral y público.