El pueblo Manjui Wonta Santa Rosa, uno de los pueblos originarios más abandonados y dejados a su suerte del Chaco paraguayo sufre la doble desgracia de tener sus tierras constantemente invadidas por empresarios de élite que munidos de documentación dudosa se apropian de tierras para convertirlas en ganaderas, en las cuales paradójicamente los propios manjuis terminan trabajando como peones por una remuneración mísera.
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El senador Miguel Fulgencio Rodríguez, quien a la vez es presidente de la Comisión de Pueblos Indígenas de la Cámara Alta denunció a una lista de 10 empresas y ganaderos que figuran como dueños de una generosa cantidad de tierra: Erno Weber (3216 ha), Gunter Weber (3500 ha), Jorge Antonio Oviedo Matto (6000 ha), Abram Penner Toews (3136 ha), Cipriano Mendoza Barreto (8000 ha), Pozo Hondo (2000 ha), Finibe S.A (5333 ha), Tipical S.A (9333 ha), Ganadería Toro Campeón (3259 ha), Los Pioneros S.A (15011 ha), La Yunta S.A (3999 ha), María de las Mercedes Aguerrondo, Adelio Luis Delia, Mario Adelio Delia (9999 ha).
Similares datos figuran en un documento presentado al Congreso Nacional por la propia comunidad el día 11 de abril pasado mediante su representante legal el abogado Pedro Rodríguez en donde peticionaba la intervención en el caso.
“Estas tierras en su momento fueron bien adquiridas para el asiento de este pueblo indígena (...) el INDI al comprar esta propiedad de 38 mil hectáreas no las adjudicó inmediatamente y ese fue el gran error, al más débil se lo despoja de sus tierras como viene ocurriendo desde siempre”, enfatizó en su alocución el senador Rodriguez.
La comunidad indígena del pueblo Manjui Wonta Santa Rosa, quienes deberían ser los verdaderos beneficiarios, viven en tierras que fueron adquiridas por una misión evangélica en condiciones más bien deplorables, sin servicios básicos ni agua corriente, son utilizados además por políticos de la zona en época de elecciones, siendo “arreados” para ir a votar.
Consultado sobre el punto, el presidente del INDI Omar Pico, admitió que poseen una debilidad institucional para manejar la cantidad de tierra que poseen y traspasarlas a favor de los pueblos originarios.
“En este momento no tenemos la infraestructura tecnológica que nos facilite las georeferencias que nos permita trabajar con más celeridad, eso hace más lento el trabajo”, dijo.
Sobre la cuestión de la invasión mencionó que están en proceso de mensura administrativa de la zona para poder eventualmente entregar el título a la comunidad.