Su generosa barriga es sinónimo de resistencia, dentro del espinoso vientre el Samu´u guarda abundantes reservas de agua que lo ayudan a sobrevivir en el calor extremo, tan típico del Chaco. Allá por el año 1927, cuando los primeros colonos menonitas se instalaron, llamaron coloquialmente al árbol “flaschenbaum” que en el idioma alemán significa algo así como “árbol en forma de botella”.
Hay registros fotográficos “post mortem” de colonos que fueron enterrados en féretros tallados en dicho árbol, ya que las muertes repentinas por la peste de fiebre tifoidea no dieron tregua de fabricar otros cajones, parte de este archivo des puede apreciar actualmente en el Museo de la Colonia en Filadelfia.
Si embargo, los nativos que habitaban la zona desde hace siglos, ya conocían las bondades del Samu´u, el Pueblo Sanapaná por ejemplo fabricó desde tiempos remotos sus propios instrumentos musicales, entre los que se destacan las flautas, tambores y más modernamente violines de samuú y su generosa y esponjosa madera fue esencial en muchas manifestaciones artísticas, así como de varios otros pueblos.
En el incipiente desarrollo pecuario del Chaco, el tronco hueco de samu´u fue utilizado para comedero y bebedero de animales, hay zonas en donde la madera es aún aprovechada de esa forma. Durante el desarrollo de la Guerra del Chaco (1932-1935) era común que los soldados vacíen el esponjoso interior del árbol para usar el hueco como refugio, esta práctica era común sobre todo con los francotiradores, algunos fortines del Chaco tienen recreaciones de cómo se veían los improvisados escondites.
La Colonia Neuland (actual municipio de Boquerón) celebró bajo un añejo samu´u la primera asamblea de fundacional del lugar, allá por el año 1947, fueron un poco más de 80 inmigrantes que huían de la Segunda Guerra Mundial convirtiéndose en la tercera ola migratoria que poblaba el Chaco, el histórico árbol se conserva hasta hoy.
La actividad que busca visibilizar los árboles más añejos e históricos del país, el concurso “Colosos de la Tierra” frecuentemente tiene entre sus postulantes a imponentes árboles chaqueños, entre ellos el samu´ú, para la medición de la circunferencia suelen intervenir varias personas, incluso muchos árboles similares ya fueron elegidos “colosos”.
Sin duda alguna, la belleza del samu´u y su toque exótico lo convierten en un árbol emblema del Chaco paraguayo, su barrigudo aspecto es también protagonista de un sinfín de logos, desde instituciones hasta empresas que lo utilizan para representar la admirable naturaleza de la árida Región Occidental.