El acueducto es una de las obras más dilatadas del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), pero tras varias administraciones y USD 80 millones finalmente empieza a redituar en beneficios, actualmente el acueducto es administrado por la ESSAP, para entender la complejidad de la obra hay que saber que los beneficiarios se dividen en dos grandes grupos, la parte social que son las comunidades nativas que son mayoría poblacional de la región y no abonan por el agua y la parte comercial, es decir, todos los que pueden comprar el agua, llámese zonas urbanas y demás.
“Incide mucho en la apariencia (...) ya que en Asunción entregamos agua de buena calidad y ese estándar queremos aplicar acá pero las circunstancias obligan a que tengamos que distribuir el agua antes (...) si vamos a limpiar bien las cañerías eso demoraría más un año, pero la situación es apremiante y entre tener o no tener decidimos tener”, dijo César Martínez, jefe de unidad del Chaco Central.
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La aductora o toma principal del vital líquido se realiza desde el río Paraguay en Puerto Casado, luego el agua va a Loma Plata donde hay otro punto de distribución, de allí pasa a Filadelfia, para luego dirigirse a Neuland, a Mariscal Estigarribia y desde Neuland a Lolita, todo eso ocasiona que el agua vaya aún con muchos sedimentos de las cañerías, por más de que sea agua ya potabilizada el nivel de turbiedad hasta el usuario final es alto.
Se estima que recién en un año de uso del sistema el agua será potable para beber directamente de la canilla en algunos puntos, mientras el agua, que es dulce se puede utilizar para cuestiones domésticas o industriales, a no ser que se potabilice de forma particular para que el consumo sea seguro.
Al principio del funcionamiento del acueducto el agua no fue comercializada, pero hoy solo reciben agua sin costo las comunidades indígenas, los demás usuarios compran el agua mediante camiones cisternas de aguateros o usando los propios camiones de la ESSAP, que administra la parte comercial del acueducto.
Un problema frecuente que mencionó Martínez suelen tener es la emisión de facturas, ya que eso lo hacen usando una red interna que funciona con señal de internet, señal que por ser a veces inestable no funciona, y hay que cruzar datos manualmente luego para medir el volumen de agua entregado.
En cuanto al robo del agua, que eventualmente se suele dar, dijo que realmente no tienen forma de controlar que no se esté extrayendo agua de forma alternativa en algún punto de los kilómetros de las obras, pero que están atento a cualquier movimiento irregular.