Jóvenes maskoy se gradúan de maestros y son ejemplo para comunidad indígena chaqueña

Cinco jóvenes maskoy de la comunidad Riacho Mosquito del distrito de Puerto Casado, tras mucho sacrificio, pudieron graduarse como docentes y son considerados el orgullo de su comunidad. Durante tres años tuvieron que cruzar diariamente el río Paraguay para llegar hasta el Instituto de Formación Docente en la localidad de Vallemí, departamento de Concepción, para estudiar.

Los cinco maestros maskoy de la comunidad Riacho Mosquito con sus colegas, tras obtener el titulo de docentes.abc color
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La comunidad de Riacho Mosquito, una de las mayores poblaciones de los maskoy en el distrito de Puerto Casado, se ubica a orillas del río Paraguay, sitio desde donde diariamente los cinco jóvenes debían cruzar a la otra orilla para llegar hasta Vallemí, departamento de Concepción, para formarse. Los nuevos maestros son: Miguela Coronel, Fátima Ramírez, Romina Martínez, Sonia Ramírez y Derlis Martínez.

“El precio por el cobro en la embarcación era de G. 10.000 ida y vuelta; sin embargo, había días que no teníamos cómo pagar”, recuerda Sonia Ramírez, una de las nuevas maestras, quien agradeció de manera infinita a las personas que los ayudaron a sortear estos tipos de obstáculos, entre ellos los propios encargados de las lanchas, y también a los efectivos militares de la Marina, quienes en varias ocasiones hicieron la labor solidaria de llevar y traer a los estudiantes.

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“Fueron días muy difíciles, ya que nuestras familias son de condición humilde, hacían lo imposible por darnos los elementos necesarios para que podamos culminar la carrera”, dijo la nueva docente.

Las clases se desarrollaban de 18:00 a 21:00, por lo que cruzar el río en horas de la noche representaba todo un peligro.

“Buscamos conseguir alguna ayuda de parte del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) y de la propia Gobernación del Alto Paraguay para poder costear la cuota del Instituto de Formación Docente, mientras que para nuestros materiales buscábamos la forma para poder acceder, entre ellas el aporte de nuestros padres”, refirió.

Los estudiantes tuvieron que cruzar el río diariamente por tres años para terminar su carrera docente.

“Nuestras madres, que vendían sus productos de artesanía, o nuestros padres, que obtenían algo de ganancia de la pesca, fueron quienes nos ayudaban para poder costear en todo este tiempo los gastos del estudio”, agregaron.

Los nuevos docentes se sienten optimistas de poder conseguir trabajo, atendiendo a que son varios los educadores de la zona, que están ya en proceso de obtener la jubilación, para lo cual se están preparando a fin de poder concursar.

El logro obtenido por estos cinco docentes es todo un orgullo para la comunidad de los maskoy, atendiendo a que por lo general son pocos los jóvenes de las poblaciones indígenas que buscan seguir sus estudios terciarios.

La población de los maskoy se estima en un número superior a los 3.000 habitantes, diseminados en diferentes comunidades, todas ubicadas en el distrito de Puerto Casado, a unos 630 kilómetros de la capital del país.

Los jóvenes maskoy, en una de las clases expositivas en el instituto de formación docente.

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